ABC (Andalucía)

Vuelven los sindicatos

¿Qué ha pasado para que vuelvan los sindicatos cuya existencia se había hasta olvidado?

- ANTONIO

NO sé por qué (alguien lo sabrá), hubo un tiempo reciente en que los sindicatos, especialme­nte los dos mayoritari­os, CC.OO y UGT, habían como desapareci­do de la vida española. Ni estaban ni se les esperaba. Pasabas por la puerta de la sede de Comisiones y te daban ganas de preguntar a gritos▶

–¿Hay alguien ahí?

Parecía que no había nadie ni en Comisiones ni en UGT, más que alguna declaració­n muy de tarde en tarde de sus secretario­s generales, que por cierto a la gente ni les suenan sus caras ni sabe cómo se llaman, de callados que estaban, en la pandemia y antes de la pandemia, sin que constara su posición ante los ERTE que han salvado a tantas empresas de la ruina. Pero de pronto, como el milagro de Lázaro, los sindicatos han vuelto al primer plano de la actualidad, se han levantado, se les escucha, se oye a sus dirigentes, se ven sus manifestac­iones. ¿Qué ha pasado para que, de golpe, vuelvan los sindicatos cuya existencia se había hasta olvidado? En los llamados ‘agentes sociales’, más sonaba y mayor presencia tenía la patronal CEOE que los sindicatos. Y ahora, ya ven, son la mayor oposición... al PP y a la derecha, nunca al Gobierno de la coalición socialcomu­nista. Ha debido de haber alguien que los ha azuzado y devuelto al protagonis­mo de la vida política. ¿Pedro Sánchez o la vicepresid­enta Yolanda Díaz? Me inclino más por la segunda que por el primero. A Yolanda Díaz le interesa sumar fuerzas para esa futura plataforma de izquierdas en la que dicen que está maquinando para cuando se desintegre totalmente Podemos tras la marcha de Pablo Iglesias.

Sospecho que la clave está en las maniobras de derogación de la reforma laboral, a la que se opone la Unión Europea si se hace de una forma radical y que las huestes de Yolanda Díaz llevan como punta de lanza para afirmarse frente a la parte socialista (ahora socialdemó­crata de boquilla) del Gobierno de coalición. Igual que las vacaciones sin Kodak eran vacaciones perdidas, campaña para la derogación de la reforma laboral sin sindicatos es reivindica­ción perdida. Quizá entre las muchas cosas buenas que tuvo la reforma laboral de Rajoy, mantenimie­nto y creación de puestos de trabajo aparte, no fue la menor la paz social que se logró con los complacien­tes sindicatos, como desarmados por el poder, y a las últimas manifestac­iones del Primero de Mayo podemos remitirnos como símbolo.

Como cuando ha venido la primavera nadie sabe cómo ha sido, los sindicatos han vuelto a su protagonis­mo y sabemos cómo ha sido. Utilizados como fuerza de combate y carne de cañón para la contrarref­orma laboral en sus términos más radicales. Miren, si no, cómo cualquier pretexto es utilizado para echar sus huestes a la calle con sus pancartas y con esas horrorosas banderas de plástico que usarse suelen en estos montajes, con lo bonita que es una bandera de tela. ¿Vientos de otoño caliente? Puede ser. Me limito a constatar que sí hay alguien ahí, en las sedes de Comisiones y de UGT, echando horas extra para derogar la reforma laboral.

BURGOS

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