EL RICO ‘ANTIZUCKERBERG’ QUE APOYA A LA SOPLONA DE FACEBOOK
El multimillonario dueño de eBay, Pierre Omidyar, ha organizado una efectiva maquinaria para convertir a Frances Haugen, la exempleada de Facebook que ha filtrado información devastadora sobre la compañía, en la principal noticia de EE.UU. del último mes
Soplona’, ‘chivata’, ‘delatora’, ‘informante’. Ninguna de las traducciones al español de ‘whistleblower’ tiene la carga semántica positiva de este término en inglés▶ el de la persona que denuncia desde dentro –de forma habitual, desde el anonimato– los problemas o las actuaciones injustas de una organización o una empresa. Mucho menos el carácter heroico que se ha conferido en las últimas semanas a Frances Haugen, la exempleada de Facebook que filtró decenas de miles de documentos comprometedores de la compañía de Mark Zuckerberg y que le ha colocado en el peor momento –ante la opinión pública, legisladores y reguladores– de su historia.
En coincidencia con ese momento, Zuckerberg anunció este jueves el cambio de nombre de la compañía a ‘Meta’, para significar la voluntad de dedicarse de manera prioritaria al metaverso.
La soledad es compañera habitual del ‘whistleblower’, al que salir del anonimato le puede costar caro. No ha sido así en el caso de Haugen, cuyas revelaciones han venido planeadas dentro de una estrategia mediática y legal sofisticada.
Levantarle la falda a una de las mayores empresas globales y someter a una tormenta de denuncias a Zuckerberg, que maneja Facebook con mano de hierro, son tareas casi imposibles de hacer en solitario. Haugen está contando con un entramado de organizaciones de apoyo a soplones, personas vinculadas al partido demócrata y, también, un multimillonario enfocado en combatir el creciente poder de las grandes tecnológicas.
Creador de eBay
Se trata de Pierre Omidyar, nacido en Francia, hijo de iraníes, educado en EE.UU. y creador de otro gigante –no tanto como Facebook– tecnológico▶ eBay.
El mercado de subastas y ventas digital le convirtió en multimillonario a finales de la década de 1990. Hoy es una de las personas más ricas del mundo –no tanto como Zuckerberg–, con una fortuna de 21.300 millones de dólares, en el puesto 26º de la lista de ‘Forbes’.
Un pellizco diminuto de ese dinero ha ido a Haugen. Según reveló ‘Politico’ hace unos días, Luminate, una organización filantrópica de Omidyar, donó 150.000 dólares en el último año a Whistleblower Aid, una organización sin ánimo de lucro que presta asesoría a quienes apuestan por presentar denuncias internas de este tipo desde grandes empresas o agencias gubernamentales.
Luminate también está corriendo con los gastos de comunicación con medios y relaciones gubernamentales en Europa (Haugen, por ejemplo, ha comparecido esta semana ante una comisión legislativa de Reino Unido para hablar sobre las revelaciones).
Y, sobre todo, un entorno relacionado con Omidyar ha organizado la efectiva maquinaria con la que Haugen se ha convertido en la principal noticia de EE.UU. del último mes.
No fue así todo el tiempo. Cuando Haugen vio lo que se cocía dentro de Facebook –la versión destilada es que la compañía ponía siempre por delante su crecimiento frente a la seguridad y el interés de sus usuarios– y decidió contarlo al mundo, buscó un periodista que le inspirara confianza para hacerlo.
Lo encontró en Jeff Horwitz, un reportero especializado en tecnología de ‘The Wall Street Journal’, a quien conoció en una excursión senderista a las afueras de Oakland,
no muy lejos de la sede de Facebook en Menlo Park, en la bahía de San Francisco. Haugen recopiló de forma metódica decenas de miles de documentos y se los entregó a Horwitz.
Conclusiones lapidarias
Su periódico preparó una serie especial –‘Los archivos de Facebook’–, que empezó a publicar a mediados del mes pasado. Sus conclusiones eran devastadoras para la red social.
Entre otras cosas▶ Facebook sabía que Instagram era tóxico para adolescentes, Zuckerberg rechazó cambios para que el algoritmo provocara menos polarización o la red social permitió que hubiera grupos VIP sobre los que no afectaran los mismos estándares que al resto de usuarios.
Fue entonces cuando las organizaciones de Omidyar se interesaron por el caso y un grupo de gente cercano a sus objetivos de fiscalizar a las grandes tecnológicas se acercaron a Haugen.
Uno de ellos fue Larry Lessig, un profesor de Derecho Constitucional en Harvard y activista político –llegó a presentarse a las presidenciales de 2016 con una promesa central de reformar la financiación electoral, que permite donaciones casi ilimitadas–, que se ofreció a darle asesoría legal sin coste.
El propio Lessig le puso en contacto con Bill Burton, un consultor político vinculado al partido demócrata que fue vicesecretario de Prensa en la Casa Blanca de Barack Obama.
Burton lleva las relaciones públicas de Center for Humane Technology, que tiene objetivo luchar contra los aspectos nocivos que ha traído las grandes tecnológicas (la organización ganó fama por el documental ‘El dilema social’, en el que su fundador, Tristan Harris, exempleado de Google, tenía mucho protagonismo). Entre quienes financian el Center for Humane Technology está, de nuevo, Omidyar.
Haugen ha asegurado a ‘The New York Times’ que, a pesar de que dejó Facebook en mayo, tiene sus propios recursos («compré criptomonedas en el momento adecuado», dijo) y que las organizaciones de Omidyar solo han financiado viajes y gastos similares.
Una fuente de Luminate reconoció a ‘Politico’ que Omidyar no estuvo implicado en el proceso anterior hasta las primeras revelaciones en ‘The Wall Street Journal’. Cuando se enteraron, «nos acercamos y dijimos▶ ‘¿cómo podemos ayudar?’». La ayuda se ha notado.
Haugen abandonó el anonimato, apareció a cara descubierta en ’60 Minutes’ –un programa de actualidad de mucho prestigio en la CBS–, presentó quejas formales ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en sus siglas en inglés), compareció en el Congreso (el senador Ed Markey calificó a Haugen de «héroe americana del siglo XXI») y filtró todos los documentos a una veintena de medios importantes, que han seguido hurgando en ellos para extender la pesadilla de Facebook.
«Estamos agradecidos a la gente valiente que denuncia a las grandes tecnológicas por su mala conducta», leía un mensaje en Medium de Omydiar Network, una de las organizaciones del millonario de eBay.
«Un puñado de gigantes tecnológicos tienen un poder enorme y sin control y han elegido de forma repetida los beneficios frente a la salud de los consumidores de la sociedad y del mercado».
Las sospechas de abusos han sido «validadadas» por estos soplones, añadía. «Los apoyamos, en un momento en el que se lo han jugado todo por hacer a esos gigantes tecnológicos responsables de sus acciones».
Activismo moderno
El mensaje no llevaba firma, pero es indudable que recoge la opinión de su jefe, Omydiar, que lleva años de activismo contra el creciente poder de las grandes tecnológicos y su impacto en la democracia.
Por ejemplo, ha impulsado el Open Markets Institute, que combate la voluntad monopólica de estas compañías –Facebook, por ejemplo, está inmerso en una batalla legal frente a la Comisión Federal de Comercio (FTC) por denuncias de abuso del mercado– o a través de las publicaciones de Omidyar Network, calificada como «firma de inversión filantrópica», en las que se han criticado los abusos en competencia de Facebook o Google.
Pese al apoyo de Omidyar, la apuesta de Haugen y de Whistleblower Aid por sacar a la luz los documentos de Facebook es costosa, sobre todo por la representación y asesoría legal.
Pusieron en marcha una campaña de financiación en la web GoFundMe, con el objetivo de recaudar 100.000 dólares y cuando la historia y la cara de Haugen apareció en todass las portadas, el dinero empezó a llegar. Y todavía podría llegar más del lado de Omidyar.
La fuente de Luminate que habló con ‘Politico’ aseguró que «habrá inversiones financieras de las organizaciones filantrópicas de Omidyar de aquí en adelante» para apoyar los debates que han suscitado las filtraciones de Haugen.
Omidyar ha donado 150.000 dolares, según ‘Politico’ EL DUEÑO DE EBAY SEGUIRÁ FINANCIANDO EL DEBATE QUE HAN SUSCITADO LAS FILTRACIONES. POR SU PARTE, HAUGEN ASEGURA QUE «DISPONE DE SUS PROPIOS RECURSOS ECONÓMICOS»