GLASGOW, TIERRA INDUSTRIAL DE INVENTORES RECONVERTIDA EN SEDE CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
Allí nacieron el creador de la máquina de vapor y el padre de la Revolución Industrial
«Glasgow fue elegida por el Reino Unido para albergar la COP26 debido a su experiencia en la celebración de eventos de clase mundial, compromiso con la sostenibilidad e instalaciones de primer nivel». De esta forma explica el ayuntamiento de la ciudad escocesa su elección como sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de este 2021 (prevista para el año pasado pero cancelada por el Covid) y que comienza este domingo.
El encuentro promete ser el más importante desde que el tratado internacional jurídicamente vinculante sobre el cambio climático fuera adoptado en París por 197 países en el 2015. La ciudad, galardonada con el estatus de Ciudad Verde Global, tiene el ambicioso objetivo de conseguir la neutralidad de carbono para el 2030, y los eventos sobre energía, bajas emisiones de carbono y sostenibilidad se encuentran, según fuentes de la autoridad local, entre sectores clave para conferencias en la ciudad. «Nuestro papel es ayudar a ofrecer una conferencia segura y exitosa. Mientras el mundo observa, Glasgow se verá fantástica y proporcionará un entorno acogedor y seguro para los delegados, visitantes, empresas y residentes», prometen.
La elección no parece casual. Escocia siempre ha sido un país fuerte en innovación, que en la época de la ilustración ya se caracterizaba por la cantidad de estudiosos en áreas como la filosofía o la ciencia, y aunque Glasgow no sea estéticamente hermosa como su vecina Edimburgo, cuyas vistas panorámicas son de cuento, en su seno han nacido ideas increíbles que han cambiado la forma en la que el mundo funciona. Y la COP26 podría no ser la excepción.
Uno de sus personajes históricos es James Watt, un fabricante de instrumentos en la Universidad de Glasgow que a mediados de la década de 1700 inventó un nuevo tipo de máquina de vapor que triplicaba la eficiencia del motor de la original, inventada por el creador inglés Thomas Newcomen, padre de la Revolución Industrial, en 1712. Este cambio le dio un vuelco a la manera en la que se trabajaba entonces y cambió por completo la vida social como se conocía hasta el momento.
Cambiaron la historia
Otro descubrimiento de gran relevancia para la humanidad fue el de Joseph Lister, el ‘padre de la cirugía moderna’, que transformó la práctica quirúrgica a finales del siglo XIX con su revolucionario uso del ácido carbólico (fenol) como antiséptico. Su descubrimiento, mientras trabajaba como profesor de cirugía en la Universidad de Glasgow, salvó la vida de millones de personas. Y podrían seguir los ejemplos de inventores y personajes que cambiaron el curso de la historia que nacieron, vivieron o trabajaron en esta ciudad, como el químico Charles Macintosh, que patentó la primera tela «impermeable» en 1823 o el médico químico Hamilton William Cullen, que diseñó una pequeña máquina de refrigeración en 1755.
También destacan John Logie Baird, ingeniero inventor del primer sistema de televisión, que transmitió la primera señal de televisión de larga distancia del mundo desde Londres al Hotel Central en la Estación Central de Glasgow en 1927, o James Goodfellow, precursor de los cajeros automáticos. De Glasgow eran la activista sufragista Eunice Murray, la primera mujer escocesa en presentarse al Parlamento después de que las mujeres obtuvieran el derecho al voto en 1918, así como Winnie Drinkwater, que hizo historia en la aviación cuando se convirtió en la piloto de avión más joven del mundo. Asimismo, fue la primera mujer piloto en el Reino Unido en volar el servicio inaugural de Glasgow a Londres.
Mucho ha llovido desde entonces, literal y literariamente hablando, y este hogar de casi dos millones de personas, la ciudad más grande de Escocia, se convirtió en una de las primeras urbes de Europa en llegar a un millón de residentes a finales del siglo XIX e inicios del XX. De hecho, más del cuarenta por ciento de la población escocesa vive allí. Pero como ciudad industrial, cuna de grandes astilleros donde se construyeron barcos como el Queen Mary o el Queen Elisabeth, a lo largo de las décadas ha estado a la sombra de la capital, con la que aún existe cierta rivalidad. Suyo es también el tercer metro más antiguo del mundo, que fue inaugurado el 14 de diciembre de 1896, después del de Londres y el de Budapest. Mención aparte merece la Universidad de Glasgow, fundada en 1451 y una de las más prestigiosas del Reino Unido, y por cuyas aulas pasaron personajes tan relevantes como Albert Einstein. Como dato curioso, fue la primera universidad escocesa que tuvo un ordenador.
La intensidad de su vida nocturna es mítica, con pubs que se multiplican entre sus calles mientras que el arte y la cultura tienen un lugar destacado en la vida de los lugareños. Aquí están las obras del pintor, arquitecto y diseñador Charles Rennie Mackintosh, uno de los artistas esenciales del modernismo británico y conocido como el Gaudí escocés, y entre las joyas que adornan Glasgow hay una española que destaca por encima de las demás: el ‘Cristo de San Juan de la Cruz’, pintado por Salvador Dalí en 1951 y adquirido por el Museo de Kelvingrove un año después.