Secuestros, ajustes de cuentas, extorsiones e incluso muertes están a la orden del día
► La fiscal superior de Andalucía alerta del notable aumento de la criminalidad
La fiscal superior de Andalucía, Ceuta y Melilla, Ana Tárrago, reconoce que el cultivo y tráfico de marihuana continúa imparable y que ha dado lugar al incremento de la criminalidad en todos los territorios. Lo más preocupante, reconoce, es que las plantaciones son custodiadas habitualmente por personas armadas por las bandas organizadas que son las titulares de las plantaciones.
Toda esta actividad da lugar, según añade, no sólo a una gran inseguridad ciudadana, daños en viviendas, generalmente alquilados para las plantaciones, cortes de suministros de electricidad en barriadas enteras como está ocurriendo en Granada, sino también actos violentos para defender el territorio de robos de droga, ajustes de cuentas, coacciones, extorsiones, secuestros, lesiones e incluso muertes. También ha habido agentes heridos por arma de fuego.
«Se han producido sangrientos ajustes de cuentas con bandas rivales en las que, como en los casos de homicidios y lesiones graves, es normal el uso de armas de fuego», indica la fiscal.
Las aprehensiones de marihuana y los procedimientos incoados van en aumento. Sólo en la provincia de Cádiz, sin contar con el Campo de Gibraltar, se intervinieron el año pasado 265 toneladas de marihuana; en Granada 17,8; en Huelva más de dos –seis veces más que en 2019-; en Almería seis y en Sevilla, 6,8.
Según explica la fiscal, las organizaciones responden en la gran mayoría de los casos detectados a pequeños grupos que se confunden con clanes familiares, sin que, por el momento, se observen alianzas entre ellos. Esto sucede en el resto de los territorios, Almería, Cádiz, Sevilla, Málaga, especialmente, en los que aparentemente, los cultivadores son independientes y cada grupo actúa en el marco de una o dos viviendas o extensión de terreno.
No obstante, se han llevado a cabo investigaciones en las que se ha podido descubrir que subyacen bajo esta apariencia «verdaderas organizaciones criminales que, tanto desde antes del comienzo de la plantación como después, son quienes facilitan las actividades en toda su extensión».
Polacos y chinos
Algunas investigaciones han puesto al descubierto entramados con ramas españolas y polacas pero la fiscal también destaca que se viene detectando que grupos de ciudadanos chinos afincados en nuestro territorio, participan también en estos delitos. Un ejemplo es el caso de la Operación Chinatown, en el Puerto de Santa María (Cádiz), que concluyó en 2020 y logró desarticular a una organización que traficaba con marihuana a través de envíos postales a Alemania y Holanda. En Sevilla, donde se alerta también del incremento de las plantaciones, de este tipo, se siguen unas diligencias previas contra ciudadanos chinos encargados del envío de paquetes postales a Europa.
La Fiscalía también llama la atención sobre «la confusa regulación administrativa actual», que sostiene está permitiendo operar a los comercios, físicos y online, como proveedores de las organizaciones delictivas dedicadas al cultivo de marihuana, tanto de semillas como todos los productos necesarios, por lo que considera urgente un actuación administrativa sobre tales comercios «que pasa por las inspecciones correspondientes sobre el cumplimiento de la normativa administrativa relativa a la venta de semillas y productos fitosanitarios».
En el punto de mira «La confusa regulación actual permite que comercios estén surtiendo a estas organizaciones»