Un pepero «muy del PP»
«Moreno no ha trabajado más que en su partido. Pero no ha vendido Andalucía a fuerzas como Bildu o ERC»
EN efecto, podría tener toda su lógica que el PSOE quisiera facilitar de alguna manera unos presupuestos que alargaran lo más posible la legislatura andaluza. Principalmente, por conseguir ganar algo de tiempo para que Espadas, de momento poco más que el alcalde de Sevilla, pudiese darse a conocer en esa Andalucía irredenta que añora un liderazgo de contundentes abrazos como los de Susana Díaz. ¿Se acuerdan? Sí. La rutilante presidenta de la Comisión de Industria, Turismo y Comercio del Senado. Que por cierto se debe de haber quedado a oscuras.
Con su anuencia, los socialistas, también, podrían presumir de arrancar al PP de las malévolas garras de Vox. Pero, ¿se atreverán a contribuir a fomentar la centralidad que Juanma Moreno lleva toda una legislatura trabajándose y quedó absolutamente patente en el debate del otro día? Aquí es donde me falla la historia; es mucho tiempo ya currándose el relato de un PP entregado a Vox y desconozco si tienen la imaginación suficiente como para crear un discurso nuevo.
Pero en fin, un acuerdo de ese calibre entre los dos principales partidos sería ejemplar. Una edificante peineta para los populismos de uno y otro extremo. Hay incluso quien ya ha planteado que ese gesto por parte del PSOE-A debería ser el acicate necesario para que la centralidad se impusiera en todos lados. En román paladino, que el PP de Casado correspondiese apoyando los presupuestos del Gobierno central.
Pero oiga, es que no es lo mismo. Moreno puede ser «muy del PP», en asombroso hallazgo tautológico de la portavoz socialista, Ángeles Ferriz. Y es verdad: no ha trabajado en otra cosa que para su partido. Pero al menos, y que sepamos, no ha vendido Andalucía a formaciones como Bildu o ERC. Ni siquiera su gobierno ha aceptado determinados chantajes del Vox más duro. Y sus expansivos presupuestos, en realidad, podrían ser aprobados por cualquier fuerza centrada. Otros benefician a los de siempre y castigan a aquellos que más solidarios siguen siendo con España. Grandes pactos, por supuesto, pero desde posiciones moderadas.