La Magna regala a Málaga una primavera anticipada
► El tiempo permitió a las 16 cofradías sacar sus imágenes en una procesión histórica
Había ganas y, a pesar de que los cofrades se despertaron mirando al cielo por la amenaza de lluvia, el sol se impuso la mayor parte del día y la procesión Magna hizo brillar Málaga como cualquier día grande de su Semana Santa. Las 16 cofradías que participaban en el desfile extraordinario pudieron salir según lo previsto y la ciudad vivió una primavera anticipada entre el sonido de cornetas y tambores, el fulgor de los cirios y el olor a incienso que en los dos últimos años sólo ha inundado los templos.
Pasadas la una y media de la tarde hizo su salida la Cofradía del Rescate desde su casa hermandad en la calle Agua. El trono del Señor fue el primero en echar a andar, pero fue la Pollinica, con una original cruz guía de palmas rizadas blancas como las que acompañan al cortejo en su procesión del Domingo de Ramos, la que encabezó la procesión desde la Alameda
Durante catorce horas hubo tronos por las calles de la ciudad desde todos los barrios cofrades
Principal y abrió el cortejo de toda la Magna.
En este punto arrancaba el recorrido oficial en dirección a la Catedral y atravesando el Paseo de Parque, una escena poco habitual, pues sólo el Descendimiento discurre entre estos exóticos jardines durante la Semana Santa.
El centro fue un ir y venir desde primera hora de la mañana, al igual que los barrios de La Malagueta, La Victoria, El Perchel, la Cruz Verde y la Trinidad, desde donde salieron las cofradías protagonistas de la jornada. En el ambiente se palpaba en anhelo de volver a oír los toques de campana de los imponentes tronos malagueños y el miedo al Covid parecía esfumarse al paso de las imágenes entre los vivas y aplausos. Malagueños y turistas llegados desde numerosos puntos de España y del extranjero se volcaron con las cofradías en su despertar tras el letargo de la pandemia.
Altar efímero
La Virgen de los Reyes, patrona del Cabildo Catedralicio, presidió el altar efímero dispuesto en la Puerta del Sol del primer templo de la Diócesis para saludar, una a una, a las imágenes, que recibieron una oración antes de iniciar su recorrido de vuelta. Tras dos años sin cultos externos, el mundo cofrade pudo recrearse durante más de catorce horas, con el último encierro, el de la Virgen de los Dolores de la Expiración, pasadas las tres de la madrugada.
Nadie quiso perderse el gran evento devocional organizado por el centenario de la Agrupación de Cofradías de Málaga. Ni el presidente andaluz, Juanma Moreno, que portó a su Cristo de la Exaltación; ni la Legión, que, sin esperar al próximo Jueves Santo, viajó hasta Málaga para acompañar a su protector, el Cristo de la Buena Muerte.