Ministerios ‘fake’
Para que el socio no monte barricadas en Palacio, dilapidamos en carteras de cartón piedra
SON ministerios de atrezo o, por estar más en el léxico moderno, carteras ‘fake’ de nombre pomposo, trascendencia nominal e intrascendencia ejecutiva. Sus agendas confirman que están ociosos, inapetentes después de haber asaltado los cielos y comprobar que estar en las nubes es sinónimo de en la inopia. Se solazan tanto en lo de ser ministros de España viniendo de donde vienen, de donde la gente, que les acaba pudiendo el fraseo, la espuma de su tiempo, y arrumban eso tan complicado de ejecutar lo voceado. Ya saben, siempre es mejor decir las cosas que hacerlas.
La compañera de Redacción se me planta delante, con la cara de «si ya lo decía yo», y confirma lo absurdo de mi encargo. «Pery, que dicen en Consumo que preguntemos en Industria o en Energía, que la subida de precios y el desabastecimiento no es cosa de Garzón». Uno, que es idiota, repregunta: «¿Vaya, eso no es Consumo?». Se ve que no, que el nombre es una cosa, la función otra muy distinta y el dineral dilapidado en la regalía de un ministerio sin oficio va a cuenta de los presupuestos expansivos en gasto del Gobierno bonito. Pues nada, a seguir con las cositas estas de prohibir que los niños vean anuncios de galletas mientras a lo magro responden con un «a mí qué me cuentas», un pilatos con despacho y jofaina donde lavarse las manos, cumpliendo con el manual del que vino a ser aclamado, no reclamado.
Como la cesta caviar, que dispara los precios para abatir carteras, no es cosa de Garzón, te preguntas si el postureo ministerial es pandémico. Tenemos un Ministerio de Igualdad, como si no debieran practicarla todos. Otro de Derechos Sociales... pues lo mismo, con el agravante de que se apellida Agenda 2030 y tiene la de hoy, la que cuenta, llena de proclamas y huérfana de sustancia, en ese insufrible turbión de ensalmos y jaculatorias hasta que los fondos europeos aguanten.
Lo tremendo es que por secar el cemento de la coalición se resquebraje todo lo demás y nos pase la factura de unas carteras de cartón piedra. Cualquier cosa con tal de que el socio no te monte una barricada a las puerta de Palacio.