Liberado el arrastrero británico para allanar un acuerdo de pesca
▶ París confía ahora en negociar con Londres más permisos para faenar en el Canal
En un gesto de «buena voluntad», el Tribunal de Rouen aceptó en a noche del miércoles la liberación del barco pesquero escocés «Cornelis-Gert Jan», detenido hace una semana por pescar vieiras sin licencia en aguas territoriales francesas.
Tras el gesto y varias maniobras de cierto calado, Jean Castex, primer ministro de Emmanuel Macron, escribió a la presidenta de la Comisión Europea insistiendo en que los problemas pesqueros bilaterales tienen una dimensión continental para toda la UE: «El comportamiento de los británicos amenaza nuestra credibilidad para defender nuestros derechos, tratándose de acuerdos firmados por la Unión».
Globalmente, la UE parece apoyar, con matices, la posición francesa. Pero la aplicación práctica del Brexit plantea problemas de interpretación en materia de cuotas pesqueras: detalle económico ultrasensible.
En su día, varios ministros del Gobierno de Emmanuel Macron presentaron la detención del «Cornelis-Gert Jan» como un gesto de «fuerza», prólogo a medidas coercitivas más duras, si el Gobierno británico no modificaba sus posiciones contra los pesqueros franceses, entre otros capítulos de diferencias y enfrentamientos a geometría variables, bilaterales y multilaterales, en el seno de la UE. Tras los encuentros relativamente tensos entre Macron y Boris Johnson, en Roma y Glasgow, París y Londres decidieron una suerte de «armisticio», anunciando conversaciones bilaterales y europeas.
La liberación del «Cornelis-Gert Jan», sin pagar la fianza de 150.000 euros que el Tribunal de Rouen había pedido de entrada, es un primer paso de normalización relativa entre Francia y el Reino Unido. Es posible negociar, volver a negociar detalles prácticos que afectan a un sector económico sensible.
Hay otros motivos de «guerra» y tensión: de la inmigración ilegal a la negociación y renegociación de varios flecos del Brexit. La pareja Macron-Johnson quizá ha deseado desactivar el riesgo de agravación de la crisis de la pesca. Londres y París esperan conseguir un número de licencias y condiciones de trabajo lo más normales posibles. Pero parecen chocar en las condiciones de la concesión de licencias.
Solo una tregua
Liberado el «Cornelis-Gert Jan», quedan en suspenso todos los problemas de fondo. París estima que Londres viola los acuerdos bilaterales y europeos, privando de licencias de pesca a buena parte de la flota francesa que faenaba en aguas territoriales inglesas. Londres ha puesto unas condiciones muy particulares para privar de licencias a pesqueros franceses.
Varias reuniones, en París y Bruselas, intentarán negociar alguna forma de acuerdo. La crisis estrictamente pesquera quizá solo sea un espejo de varias crisis superpuestas. Los acuerdos del Brexit están sembrados de matices y detalles cuya aplicación práctica plantea problemas de fondo sobre la soberanía nacional.