Yolandísima y los panolis
Este Gobierno se dispone a empeorar la posición del trabajador, institucionalizando los ERTE
COMO ya detallábamos en un artículo anterior, el encumbramiento de Yolanda Díaz, Yolandísima, es una operación de falsa bandera diseñada por la plutocracia para asegurar la definitiva conversión de Podemos en izquierda caniche. Se trata de asegurar la conversión de los otrora ‘indignados’ en una papilla vegana, matriota, penevulvar, inclusiva y ecolojeta, desmovilizada para la protesta política justo en el momento en que la plutocracia se dispone a lanzar su ofensiva final, el ‘gran reseteo’ que, con los mantras cretinos de la ‘sostenibilidad’ y la ‘resiliencia’, extenderá la pobreza (energética, alimentaria, etcétera) a amplias capas de la población, para favorecer la concentración de la riqueza en muy pocas manos.
A Yolandísima le está tocando ahora llevar a cabo, ayudada de su charlatanería de neomonja discípula de Paulo Coelho, una de las tareas más crueles de esta estrategia de reseteo, consistente en hacer creer a los panolis que el Gobierno se dispone a mejorar las condiciones laborales. Sin embargo, Yolandísima no ha podido morderse del todo su lengua (más larga que la de un tapir con glositis); y acaba de soltar en un programa sistémico que «la reforma laboral, técnicamente, no se puede derogar», pues «una cosa es el fetiche político y otra cosa es lo que vamos a hacer». Ya sabíamos que, en el régimen partitocrático, las promesas electorales eran brindis al sol que jamás se cumplen; pero desde hoy podremos afirmar más propiamente que son ‘fetiches políticos’ para hacer salivar a los panolis y dejarlos luego a dos velas.
En este paripé o montaje que la plutocracia ha encargado a Yolandísima sorprende la obsesión monomaníaca con que se alude a la «reforma laboral del PP», como si antes no hubiese habido una ‘reforma laboral’ de Zapatero (que ‘liberalizó’ las causas de despido y redujo a veinte días por año la indemnización), como si antes no hubiese habido ‘reformas laborales’ de González, como si antes no se hubiesen firmado unos Pactos de la Moncloa en los que la izquierda traicionó a los trabajadores, haciendo suyas las condiciones que imponía la plutocracia. Que son las que ahora hace suyas Yolandísima, disfrazándolas con una gatopardesca retórica derogatoria. ¿Acaso este Gobierno va a derogar las causas abusivas de despido y a dignificar las indemnizaciones? ¿Acaso va a fortalecer los convenios colectivos? ¿Acaso va a reintegrar a los trabajadores el derecho a los salarios de tramitación? A cambio, este Gobierno se dispone a empeorar la posición del trabajador, institucionalizando los ERTE, que someten el puesto de empleo a la consecución de unos beneficios, a la vez que maquillan las cifras del paro a costa de endeudar al Estado. Y se dispone a elevar las cotizaciones sociales, lo que convertirá la simbólica subida de los salarios (muy inferior a la inflación) en una burla cínica.
Yolandísima, en fin, se está meando en la jeta de los panolis. Pero a los panolis no les importa oler a meados, con tal de que suene bien el ‘relato’.