El antiviral oral de Pfizer reduce en un 89% el riesgo de hospitalización y muerte
MADRID / BERLÍN El ensayo de la píldora antiviral experimental de Pfizer contra el Covid-19 ha demostrado que el medicamento reduce en un 89% las posibilidades de hospitalización o de muerte en adultos con riesgo de desarrollar la enfermedad grave, según anunció ayer la compañía.
Los resultados de paxlovid, aún en investigación, parecen superar a los observados con la pastilla molnupiravir, de la farmacéutica estadounidense Merck (MSD en Europa), que demostró el mes pasado que reduce a la mitad la probabilidad de morir o de ser hospitalizados para los pacientes con Covid-19 que también tienen un alto riesgo de enfermedad grave. Sin embargo, a la pastilla de Merck ya le dieron el visto bueno (el pasado jueves) Reino Unido y la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés).
En el caso del medicamento de Pfizer, el 0,8% de los pacientes que lo recibieron fueron hospitalizados hasta el día 28 siguiente a la aleatorización, en comparación con el 7% de los pacientes que recibieron placebo y fueron hospitalizados o murieron. Por recomendación de un Comité de Supervisión de Datos independiente y en consulta con la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), Pfizer dejará de inscribir a más pacientes en el estudio debido a la «abrumadora eficacia» demostrada en estos resultados.
Mala praxis
Sin embargo, la compañía se enfrenta estos días a graves acusaciones en Alemania. Un exempleado de Ventavia, subcontratada por PfizerBioNTech en 2020 como colaboradora en el desarrollo de la vacuna contra el coronavirus, ha acusado a la empresa de malas prácticas en la revista especializada ‘British Medical Journal’. El exempleado Brook Jackson habla de generación de datos incorrectos porque, entre otras cosas, las muestras de laboratorio se etiquetaron incorrectamente, la vacuna se almacenó sin cumplir con los estándares exigidos y no se prestó atención suficiente a los informes sobre efectos secundarios.
La FDA afirma que tiene plena confianza en los datos utilizados en la aprobación de la vacuna, mientras la EMA asegura que está trabajando en estrecha colaboración con la administración estadounidense y otros socios internacionales para investigar las acusaciones realizadas.