Debería darnos vergüenza
Una delegación del Parlamento Europeo concluye que las víctimas de ETA no se merecen más humillación
LOS eurodiputados que han estudiado los atentados de ETA sin resolver han dejado España «profundamente conmovidos». Los europarlamentarios han prometido «estar a la altura» de las víctimas tras constatar, por los testimonios que les han trasladado, que «hay unos derechos que se han pisoteado» al no poder conocer la verdad sobre casi 400 crímenes sin condena. Sencillamente, no se sabe siquiera quiénes asesinaron a esos españoles.
La visita ha estado promovida por Dignidad y Justicia.
Esos cerca de 400 asesinatos –que se dice pronto– suponen la mitad de los cometidos por la banda terrorista ETA. «Merecen que ya no se les humille más», han reconocido los diputados.
¿Y sabes qué?... Debería darnos vergüenza. Como país avanzado y democrático; como un Estado de derecho presuntamente moderno; como Nación miembro de la Unión Europea; como un Estado social garante de los Derechos Humanos, por todo ello y más, debería darnos vergüenza.
Que vengan unos europarlamentarios a decirnos que no se humille a las víctimas del terrorismo es un escándalo. Que no se les humille más.
La delegación de Estrasburgo no ha querido entrar en política ni el politiqueo pero yo sí: asistimos a una humillación constante hacia las víctimas del terrorismo por parte de, al menos, la mitad del Consejo de Ministros y por parte de todos los socios del Gobierno.
Una humillación constante que se traduce en homenajes a los asesinos, en relatos falsos e insultantes, en negociaciones secretas y en escupitajos en público a cambio del apoyo a los Presupuestos.
Y aún tenemos que escuchar excusas sobre los premios a los etarras presos, explicaciones imposibles sobre los acercamientos y silencios atronadores que impiden esclarecer esos casi 400 crímenes.
PD: Se nos debería caer la cara de vergüenza a todos. Pero más aún al ministro del Interior por sus excusas insultantes a los permisos y a los terceros grados. Y todo para tapar la inmensa ignominia de negociar con los herederos de ETA.
¡Qué papelón!, Marlaska, ¡Qué papelón!
No hay Derecho.