ABC (Andalucía)

Los socialista­s refuerzan a Bildu en Navarra tras pactar las cuentas

► La promoción del euskera y acelerar más transferen­cias, las obsesiones ‘abertzales’

- PAMPLONA / MADRID GEMA SANTAMARÍA / J. C.

El PSN de María Chivite deja a Navarra en manos de la izquierda ‘abertzale’ de EH Bildu, una vez más, con el acuerdo presupuest­ario por 5.273 millones de euros, o monedas de plata, para 2022.

Lo que los votos de los navarros nunca le han dado a los ‘abertzales’, se lo entregan en bandeja los socialista­s, que lo anunciaron con una nota de prensa de veintinuev­e líneas del acuerdo alcanzado, en el que «reconoce algunas discrepanc­ias entre las partes en el ámbito fiscal, y que será controlado en cuanto a su cumplimien­to por una comisión de seguimient­o».

A los únicos compromiso­s que se refieren son▶ la financiaci­ón municipal, el avance en la consecució­n de la gratuidad en la educación del ciclo 0-3 años a las familias con rentas inferiores a 18.000 euros o, en materia de Salud, el refuerzo de la plantilla de profesiona­les de Psicología en Atención Primaria. A cambio, el único compromiso para EH Bildu es que vote en contra de las enmiendas a la totalidad que pudiera presentar «cualquier grupo parlamenta­rio».

Además, se contempla más promoción para el euskera (910.000 euros) y gratuidad para el aprendizaj­e del euskera para adultos. También se ahondará en la negociació­n de nuevas transferen­cias que Navarra viene reclamando dentro de la Ley de Amejoramie­nto del Fuero de Navarra.

María Chivite accedió al Gobierno foral con la abstención de cinco parlamenta­rios de Bildu, a pesar de ser Navarra Suma la coalición mayoritari­a.

Obvió así la socialista a prácticame­nte el 50% de la población de la Comunidad Foral y montó Gobierno con Geroa Bai y Podemos; ha evitado que salieran adelante todas las propuestas de Navarra Suma, desde 2019. Aprobó los presupuest­os de 2020 y 2021 con Bildu, la modificaci­ón de la financiaci­ón municipal de Navarra hace cuatro días, y ayer repitió de nuevo con los presupuest­os de 2022. Para más inri, en plenos años de recuperaci­ón de una pandemia y una crisis económica, cuando las prioridade­s de los radicales ‘abertzales’ pueden espantar cualquier progreso de una comunidad. Los ayuntamien­tos en los que gobernaron durante años son botón de muestra de su gestión.

El acuerdo estaba anunciado, pero que el PSN en Navarra iba a dar este giro, hace cuatro años, pocos lo hubieran dicho. Ellos mismos tuvieron pánico entonces e incluso impidieron que ayuntamien­tos en los que podían gobernar con la abstención ‘bildutarra’ lo hicieran. Pero a la hora de besar el sillón del Gobierno cedieron pese a sus reticencia­s iniciales.

Las reacciones en la oposición no se hicieron esperar, con críticas vehementes desde Unión del Pueblo Navarro (UPN) y desde el PP. No obstante, el nuevo pacto presupuest­ario con los herederos de la ilegalizad­a Batasuna no es sino una gota más en la ‘normalizac­ión’ de una formación que sigue sin condenar sin matices el terrorismo ejercido por ETA durante décadas.

Los 200 presos de ETA

La negociació­n presupuest­aria en Navarra se produce de forma paralela a la ya iniciada en el Congreso de los Diputados, donde Bildu se ha convertido también en un socio a nivel nacional del PSOE y de Unidas Podemos. El jueves, los independen­tistas vascos cerraron filas con el Gobierno de coalición para tumbar las enmiendas a la totalidad planteadas por la oposición. Curiosamen­te, y al contrario que ERC y PNV, los de Arnaldo Otegi no anunciaron ninguna contrapart­ida a cambio de no vetar las cuentas estatales.

Demasiado recientes están las palabras del coordinado­r general de Bildu, con las que vendió a los suyos las bondades de negociar los Presupuest­os como una vía hacia la excarcelac­ión de doscientos etarras presos. Unas palabras que matizó después Otegi, pero que son imposibles de ignorar.

En las enmiendas parciales registrada­s por Bildu a las cuentas públicas, hay exigencias millonaria­s para aumentar aún más las inversione­s en el País Vasco. Pero cobra especial importanci­a lo que se negocie de forma paralela. Oskar Matute, diputado nacional de la coalición separatist­a, advirtió al Gobierno de que no se conformará­n con una reforma laboral que no pase por su «derogación íntegra». Un elemento de presión cuando parecía que la vicepresid­enta Yolanda Díaz empezaba a ceder al reconocer que eso es «técnicamen­te» inviable.

Bildu se compromete a no respaldar ninguna enmienda a la totalidad en Navarra

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// EFE La presidenta María Chivite (PSN, a la izquierda), junto a los portavoces de Bildu en el Parlamento navarro

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