Se buscan camioneros y albañiles aunque sobran en las listas del paro
En el Servicio Andaluz de Empleo hay 4.375 demandantes de trabajo en el transporte y 40.741 en el campo, sectores donde falta mano de obra
En el campo, el transporte, la construcción o la hostelería cunde la misma preocupación: buscan y buscan pero no encuentran a trabajadores cualificados a los que reclutar. La paradoja es que el número de parados inscritos en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) en cuyo perfil figura como primera opción trabajar como peones agrícolas, camioneros, albañiles y camareros cubriría con creces las necesidades de los sectores que más acusan la escasez de mano de obra, ahora que la economía ha empezado a despertar del letargo de la pandemia.
¿Cómo es posible que falten trabajadores en una comunidad como Andalucía con 909.300 parados? Por inverosímil que parezca, está ocurriendo. De las dificultades para encontrar a empleados cualificados dan fe las empresas afectadas. El déficit de mano de obra en toda Europa adquiere mayor contraste en Andalucía, donde el 22,41% de la población activa asegura que está buscando empleo, según la última Encuesta de Población Activa.
Los carteles de «se busca camarero» han empezado a lucir en los anuncios de portales de trabajo como InfoJobs y en las vitrinas de los bares y restaurantes, que estuvieron en coma durante el coronavirus. Según un informe del SAE facilitado a ABC, en octubre había inscritos 34.987 andaluces que solicitaron trabajar como «camareros asalariados». Son muchos más si se abre el foco a todos aquellos que pusieron esta ocupación entre sus preferencias, aunque no figure como la primera opción. Sin embargo, la Federación de Hostelería de Andalucía ha advertido de que encontrar a camareros dispuestos a trabajar no está siendo una tarea fácil porque, pese a la mejora de las condiciones laborales, muchos han preferido cambiar la bandeja y el delantal por el andamio y la paleta de albañilería, donde pueden ganar más del doble. Según el convenio laboral vigente en la hostelería malagueña, que está a la cabeza de Andalucía en el número de demandantes de esta ocupación (8.488 en total), el salario base es de 1.177,79 euros y varía poco en el resto de las provincias.
La escasez de camioneros es un problema estructural que se ha agudizado con la crisis mundial de abastecimiento después de la pandemia. El sueldo no parece ser la causa. Es «muy superior» a la de otros sectores, «entre 1.800 y 3.500 euros, dependiendo de si el trabajo es local, nacional o internacional», detalla Antonio Amarillo, presidente de la Federación Andaluza de Transporte (Fatrans). La patronal estima que se necesitan 3.000 conductores en la región. El futuro pinta poco halagüeño. La edad media de los camioneros supera los 50 años. Se avecina un goteo de jubilaciones en los próximos años para las que no hay relevo a la vista. Oferta y demanda van desacompasadas. Hasta 4.375 andaluces tienen como primera ocupación la de «conductores asalariados de camiones» en las oficinas del paro. Los que hay apuntados bastarían para cubrir las plantillas y aún sobrarían 1.300.
La dureza de la carretera
Los jóvenes no ven aliciente en un trabajo duro y sacrificado, que obliga a recorrer miles de kilómetros sin más compañía que un tacógrafo y a pasar muchos días fuera de casa, durmiendo en áreas de servicio o apartaderos al pie de la carretera. «El trabajo de conductor es sacrificado, por supuesto, pero no menos que otros. Pagamos salarios dignos y por encima de mu
chos otros trabajos, pero es cierto que la Administración y los cargadores tienen mucho que aportar para hacer la profesión de conductor más atractiva y me refiero a la falta de estacionamientos seguros, áreas de servicio equipadas y mejoras de las condiciones en los puntos de carga y descarga», demanda el presidente de esta patronal. «Algo falla en nuestra sociedad cuando faltan profesionales en sectores como el transporte y tenemos esa cifra de parados», reflexiona. Para atraer a futuros asalariados, Fatrans planea convocar en las próximas semanas becas dirigidas a jóvenes que quieran trabajar en el transporte y que no puedan costear la obtención del permiso de conducción y Curso de Capacitación de Aptitud Profesional.
Del campo al andamio
En la construcción también han saltado las alarmas. Se buscan albañiles, jefes de obra, ingenieros y técnicos para atender el aumento de la demanda que se avecina cuando los fondos europeos del Covid se materialicen en obras de infraestructuras, rehabilitación de viviendas e instalaciones industriales. La patronal Fadeco Contratistas ha empezado a notar el déficit de puestos cualificados, que cifran en más de 100.000 en Andalucía. Quintuplican los 20.069 que tienen como primera ocupación en el SAE la de albañil, según los datos facilitados por la agencia adscrita a la Consejería de Empleo. Cuatro de cada diez parados del sector residen en Sevilla y Málaga.
Precisamente, al andamio se han marchado muchos de los que antes se ganaban el jornal en el campo. Han hecho el camino inverso al que recorrieron en el año 2008, cuando el pinchazo de la burbuja inmobiliaria los empujó en tropel a la agricultura. Funcionó como un «sector refugio», asegura Felipe Gayoso, asesor jurídico laboral de Asaja-Sevilla. «El nuevo tirón de la construcción es el motivo principal de la actual escasez de mano de obra en el campo», argumenta. Gayoso sostiene que «la demanda de las oficinas de empleo va por un lado y la realidad va por otro. Hay personas apuntadas que a la hora de trabajar no están disponibles por un cúmulo de circunstancias. Y la reforma laboral que prepara el Gobierno va a perjudicar más la contratación».
La recolección de la aceituna de mesa o verdeo, campaña estratégica en la provincia de Sevilla, ha acusado «bastante» la falta de mano de obra, «aunque hay menos cantidad de aceituna de mesa porque ha llovido poco». Contrasta con los 40.741 parados que demandan contratos de peón agrícola en Andalucía. De ellos, 15.984 viven en la provincia de Sevilla. Una muestra más de que el supuesto deseo y el mercado laboral caminan por realidades paralelas.
Un camionero gana entre 1.800 y 3.500 euros al mes, dependiendo de si realiza el trabajo a nivel local, nacional o internacional
Los carteles de «se busca camarero» son más frecuentes en los bares, pero hay 35.000 inscritos en las oficinas del paro