Nada de esto fue un error
«Si los años que llevaron al PSOE fuera de San Telmo no han existido, para qué hacer autocrítica»
CATARSIS. Era lo que pretendía hacer ayer el PSOE en Torremolinos y lo consiguió hasta tal punto que se fumó una parte fundamental de cualquier congreso la votación del informe de gestión de la ejecutiva saliente. Ejecu, ¿qué? Cualquier indocumentado al que le hubiera dado por pasarse por el palacio de congresos más antiguo de la Costa del Sol se hubiera preocupado por la amnesia que demostraron los socialistas andaluces. Como esas estrellas del rock a las que la ingesta de estupefacientes les hace imposible acordarse de una etapa determinada de su vida, el PSOE ayer se inventó un pasado guadiana, de queso gruyere. Una historia que empezaba en los años 70 también en Torremolinos, cuando su fundación, para pegar después un inopinado salto mortal de más de 40 años, ya con Juan Espadas como ilusionante representante de un tiempo nuevo. De Pezzi a Pezzi, y sin nada de por medio.
De forma emotiva, evocaron un pasado en blanco y negro. Como siempre, se apropiaron del sentimiento andalucista de aquellos años intrépidos. De las manifestaciones en las que los andaluces reivindicaron no ser más que nadie, pero tampoco menos. Pezzi, Escuredo, Pepote, Amparo Rubiales. Hasta Guerra. Pero hasta ahí. María Jesús Montero, qué menos, fue la única en atreverse a reivindicar la labor de los «gobiernos anteriores». Pero nadie se atrevió a citar a Chaves, Griñán. ¿Susana Díaz? ¿De quién me habla, oiga?
«Nada de esto fue un error», cantaba en diáfana alegoría el grupo de música dispuesto para amenizar la entrada del cónclave. Quizás era lo mejor. Al menos lo más sencillo. Si los años inmediatamente anteriores, los que llevaron al descontento ciudadano que terminó con el PSOE fuera de San Telmo no han existido, para qué hacer autocrítica. Lo de ayer fue un fiestolín de los que apenas dejan resaca. Sin necesidad de malos rollos, con la ejecutiva casi hecha, sin malas caras ni críticos enmendando un ayer que al parecer no fue nunca. Un paseíllo de mozos de Espadas. Tan convencidos todos. Ayer no sólo se inventó un pasado común. Cuántas historias personales se borraron de un plumazo. Todo sea por la causa.