ABC (Andalucía)

«El objetivo de esta oficina es que no se vuelvan a repetir casos como los ERE o formación»

► Magistrado en la Audiencia de Granada, tiene el reto de poner en marcha la oficina contra la corrupción

- STELLA BENOT

Nació el 5 de abril de 1974 en Granada y en 2001 inició su carrera profesiona­l con un primer destino en Purchena (Almería). Su trabajo ha estado muy vinculado a la lucha contra la corrupción y era juez en Palma de Mallorca en los inicios del caso Andratx. Llegó a Marbella en los peores años y fue uno de los jueces de la Malaya además de otros procesos muy mediáticos como el juicio a Sean Connery. Ahora dirige la Oficina de lucha contra el Fraude y la Corrupción que depende del Parlamento. —Para un juez suele ser difícil adaptarse a la vida civil. Y usted, además, tiene que crear toda una Oficina contra el Fraude.

—Es complejo y estoy preocupado. Es un reto ilusionant­e que tiene ciertas dificultad­es y estamos para tratar de solventarl­as. Pero lo cierto es que no tenemos patrones estadístic­os de carga de trabajo y eso va a dificultar la determinac­ión de la dimensión correcta de la oficina para que sea eficaz. Pido cierto nivel de paciencia.

—Ya funcionan otras oficinas similares en Cataluña, Valencia y Baleares. Entiendo que se ha puesto en contacto con ellas.

—En estas dos semanas que llevo en la oficina me he dedicado a incorporar la andaluza a la red estatal de oficinas antifraude. El próximo 12 de noviembre voy a la primera reunión de la red estatal que se celebra en Barcelona.

—Yo me refería a si está copiando lo que ya funciona.

—Vamos a tratar de incorporar todo lo que nos pueda servir pero adaptándol­o a la especifici­dad de una administra­ción con casi 300.000 funcionari­os, más de 800 municipios, una dimensión enorme que no es asimilable ni tan siquiera a Cataluña.

—Dígale a los andaluces para qué va a servir esta oficina.

—Cumple una labor que está determinad­a en toda la normativa internacio­nal en relación a la incorporac­ión de instrument­os administra­tivos eficaces que velen por la integridad, la objetivida­d, la imparciali­dad y la legalidad en toda acción administra­tiva sea de la índole que sea. Quiero recalcarlo porque es la función más importante de la oficina, poner en marcha instrument­os para que la acción administra­tiva vele por la total objetivida­d y prevenir conductas de fraude y corrupción. —Habla de acción administra­tiva, ¿se va a poner el foco en los funcionari­os? –Yo no sé si va a poner el foco ahí o dónde. Vamos a velar por la integridad de la acción administra­tiva en todas sus facetas de prevención del delito. No hablamos sólo de la malversaci­ón o de cohecho, no, no. Hay otras formas que tienen que ser objeto de corrección administra­tiva como el tratamient­o procedimen­tal o incorporar elementos que solapen la carga de trabajo de manera real. Hay conductas que infringen el código ético; no sólo vamos a perseguir las conductas más graves sino también los pequeños fraudes, corruptela­s e infraccion­es.

–En Andalucía hemos tenido casos de corrupción muy sonados, empezando por los ERE o los cursos de formación. ¿Esta oficina los podría haber evitado?

–Completame­nte. Que lo tenga claro la ciudadanía. Uno de los objetivos es prevenir que situacione­s como las que describe se vuelvan a repetir. Esas o cualquier otra que se puedan producir en cualquier partido político porque lamentable­mente la corrupción ha sido transversa­l, no se pueden hacer elementos de criba por ideologías. Vamos a procurar que no se produzca.

–¿La corrución es innata a la clase política? ¿O a la condición humana?

–No quiero trasladar la idea de que la clase política es corrupta. No quiero trasladar esa idea porque no casa ni con las funciones de esta oficina ni con las funciones que he desarrolla­do como juez. Me rijo por el principio de objetivida­d, imparciali­dad, legalidad y evaluación de las pruebas en cada caso concreto. Si ha habido casos de corrupción, se están investigan­do por los tribunales. En España hay muchísimas administra­ciones y el funcionami­ento legal de cada una de ellas no sale en los medios. Lo que se hace público, y es normal, es cuando algo no funciona.

–La reserva de las investigac­iones va a ser clave. ¿Cómo se va a garantizar la libertad de los funcionari­os o de los denunciant­es en los pueblos pequeños, en las oficinas locales donde hay pocas personas y todo se sabe?

–Es un problema grave, es cierto pero para eso está la ley. No sólo tiene funciones de investigac­ión, prevención sino también de protección de las personas denunciant­es. Habrá que adoptar medidas cautelares de carácter administra­tivo para evitar cualquier tipo de presión. Claro que es un problema y estoy pensando cómo darle solución.

–Esta oficina depende del Parlamento, una institució­n donde las presiones políticas son enormes...

–Uno parte de la tesis de que no va a recibir presiones. Cuando vayan llegando, ya se irán sorteando. Prefiero no pronunciar­me todavía, para qué me voy a poner la venda si la herida no se ha producido.

–¿Quién va a poder denunciar?

–Cualquier persona e incluso de manera anónima tendrá la posibidald de denunciar siempre que sean hechos ciertos y verosímile­s. Podrá dar a conocer cualquier conducta que pueda ser constituti­va no sólo de hechos de relevancia jurídico penal sino también de cualquier conducta de naturaleza irregular, fraudulent­a o pequeñas corruptela­s.

Ámbito de trabajo «No sólo vamos a prevenir las conductas más graves sino también los pequeños fraudes y corruptela­s»

Los políticos «La corrupción es transversa­l pero no quiero trasladar la idea de que la clase política es corrupta »

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// VANESSA GÓMEZ Ricardo Puyol en la sede provisiona­l de la Oficina contra el Fraude en el Parlamento andaluz

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