► La jugadora con más internacionalidades se retira de la selección dejando tras de sí un legado fantástico
El adiós de Laia Palau a la selección era un secreto a voces. Lo había dejado entrever en las entrañas del Saitama Super Arena, justo después de la eliminación olímpica, aunque su silencio desde entonces parecía alargar otra vez su periplo con la selección. Ya antes había amagado hasta en dos ocasiones la catalana con su adiós, prolongado con acierto, pues casi todo lo que vino después de aquellas dudas fue oro para la selección. Esta vez, cumplidos ya los 42 años, no hay marcha atrás. «Vamos a hacerlo oficial, para aquellos que no se lo olieran ya –comenzó entre risas–, me retiro de la selección». Adiós confirmado de la capitana que deja tras de sí un legado fantástico, no solo en lo puramente estadístico –314 partidos y doce medallas–, sino en lo anímico y espiritual.
Buena parte de los éxitos alcanzados en la última década llevan el sello de Palau. Mano derecha de Mondelo en la pista, la catalana supo tomar el relevo de las históricas Valdemoro y Elisa Aguilar y trasladarlo al nuevo talento surgido a su alrededor. No le hizo falta ser la más certera con el balón, ni la más rápida para convertirse en el epicentro del vestuario. Alma y carácter de un equipo que lo ganó casi todo. Tres oros, una plata y cuatro bronces en el Europeo, una plata y dos bronces en el Mundial y una plata olímpica. La conseguida en Río 2016, cuyo recuerdo es imborrable para la catalana. «Fue una medalla épica, por cómo la conseguimos, y además por ser en los Juegos, que siempre tiene doble valor», reconocía ayer echando la vista atrás en presencia de sus compañeras de la selección –concentradas ya para la primera ventana de clasificación del Eurobasket 2023– y de sus familiares.
«Gracias a todos y a la vida, que me ha dado tanto, no podía imaginar que esto pudiese ser mejor», explicó Palau, visiblemente emocionada, pero decidida a no derramar ni una lágrima. «Podéis dejar de aplaudir ya, porque no voy a llorar», espetó cuando los presentes decidieron homenajearla con una ovación de gala.
Un sitio en la Federación
Se va Laia Palau, pero no lo hace del todo. «No vestiré más esta camiseta, pero seguiré cerca de este vestuario». Una declaración de intenciones que le llevará a ocupar un cargo dentro de la federación, como confirmó Jorge Garbajosa. «Para Laia siempre habrá sitio en esta casa. Ella es baloncesto y sabremos encontrar un sitio adecuado para que siga ayudando a los éxitos de este equipo», señaló el presidente.
Hasta que llegue ese momento, Palau advirtió que espera seguir dando guerra en la cancha. «No me retiro todavía. Voy a seguir jugando al menos hasta el final de la temporada», puntualizó la jugadora del Uni Girona, donde sigue siendo pieza fundamental para Alfred Julbe.