ABC (Andalucía)

DÍAZ AMENAZA A PODEMOS Y AL PSOE

La vicepresid­enta inicia la precampaña de una nueva plataforma política a su medida para competir en las urnas a la izquierda de Sánchez. En el PSOE ya empieza a cundir la alarma

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E Lacto que pretende ser la entronizac­ión de Yolanda Díaz como líder del conglomera­do político a la izquierda del PSOE es la primera piedra de un proyecto que genera serios recelos y temores en el partido de Pedro Sánchez. Díaz se ha convertido en la única alternativ­a con vitola de sustituta de Pablo Iglesias, y su objetivo es conformar una plataforma que recoja las cenizas de lo que son Unidas Podemos en declive, el marasmo de las ‘mareas’ populistas gallegas, el partido Más País de Íñigo Errejón, los valenciano­s de extrema izquierda de Compromís, y sobre todo, los Comunes catalanes que encabeza Ada Colau. De momento, el proyecto es un embrión empujado por la inexplicab­le popularida­d de Yolanda Díaz, espoleada por sus pulsos con Pedro Sánchez y por la buena imagen que se ha granjeado en la izquierda mediática. Díaz es una candidata en proceso de fabricació­n, y más allá de que su gestión como ministra de Trabajo deje mucho que desear –ni siquiera supo explicar con solvencia qué es un ERTE–, lo cierto es que goza de una sorprenden­te apariencia de solvencia política. Sin embargo, no deja de identifica­rse como una comunista irredenta y sus planteamie­ntos económicos son los propios de una extrema izquierda empecinada en el gasto social abusivo y en una fiscalidad confiscato­ria para los ciudadanos.

Hace bien el PSOE en empezar a preocupars­e, porque si uno de los objetivos de Sánchez a la hora de configurar su coalición de gobierno era, además de ganar la presidenci­a, ir diluyendo a Podemos, no contaba con que Yolanda Díaz fuese a absorber la expectativ­a de una izquierda radical a la que ella ilusiona. Tarde o temprano, la coalición se romperá. Pero ese momento aún parece lejano porque a ambos les une el odio a la derecha y su pulsión de poder. Por eso, de momento, la operación de Díaz se basa en reunificar los mil pedazos en que Iglesias dejó deconstrui­da a esa izquierda rebelde que ha perdido toda su credibilid­ad instalada en el poder.

No obstante, Díaz no lo tendrá fácil. Primero porque en ningún sitio está escrito que, más allá de un revulsivo mediático, sea una líder electoral real capaz de igualar a Iglesias. Segundo, porque la tendencia demoscópic­a tiende a castigar a la izquierda. Y tercero, porque en absoluto esa izquierda cainita que pretende unificar vaya a someterse al ordeno y mando de un partido hecho a la medida exclusiva de Díaz. De momento, a ella se une Mónica Oltra, de Compromís, quien a su vez ya está siendo discutida dentro de su partido por dirigentes que se oponen a desnatural­izar la marca. También, Mónica García, líder de Más Madrid, la facción local del partido de Errejón, quien ha empezado a quedarse sin espacio propio y que está enfrentado a García. Después, queda Colau, quien probableme­nte esté pensando en su propio futuro en la política nacional ya que tiene difícil ser reelegida alcaldesa de Barcelona por su nefasta gestión. Y la novedad es Fátima Hamed, líder de la izquierda extremista de Ceuta. Sin embargo, de esta operación recelan las desorganiz­adas ‘mareas’ gallegas y la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, que ha renegado de Podemos y del caos orgánico que representa­n Iglesias y Díaz. Con todo, lo más llamativo es la ausencia de Ione Belarra e Irene Montero, líderes del actual Podemos. Díaz no cuenta con ellas. O se suman de modo sumiso e irrelevant­e, lo que supondría el fin de Podemos, o se enfrentan a ella. En su día la fractura electoral arruinó a la derecha. Hoy esa amenaza puede ser para la izquierda.

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