El BCE pide a la banca extremar las precauciones con la morosidad
▶ Avisa que las medidas públicas camuflan el golpe real de la crisis en las empresas
Aún no está claro cómo afectará la crisis de la pandemia a la calidad crediticia. En la jornada de supervisión financiera organizada esta semana por el BCE, su presidenta Christine Lagarde fue directamente al grano y expuso en su discurso de apertura la necesidad de que los bancos sean más cuidadosos al lidiar con los riesgos crediticios. Porque los efectos plenos de la pandemia solo se harán evidentes gradualmente y podrían desafiar la gestión del riesgo. Explicó que las medidas de alivio de los gobiernos y la relajación regulatoria pueden haber oscurecido la solvencia crediticia subyacente de los deudores y que, solo cuando esas medidas excepcionales expiren, veremos la situación financiera real de las empresas. Lagarde se refirió a indicadores adelantados como los préstamos diferidos, que ya apuntan a un deterioro, y recordó que solo después de varios años se puede determinar el efecto final sobre la morosidad, que dependerá a su vez del dinamismo de la recuperación económica. «Estamos ya muy atentos», tranquilizó a Lagarde Ana Botín, presidenta de Banco Santander. Según ella, la atención se centra principalmente en los sectores que se han visto particularmente afectados por la pandemia. Esto incluye el turismo, al que los cierres han restringido especialmente. Pero Botín destacó que no todas las áreas de la economía habían sufrido la pandemia y aportó un granito de serenidad al discurso, en general preocupado por el daño que los bajos tipos de interés están causando al sector bancario.
El director de supervisión del BCE, Andrea Enria, reconoció que los tipos bajos cargan más a los bancos europeos de lo que les benefician. En opinión del italiano, es probable que este efecto negativo sobre los márgenes de los tipos de interés continúe durante un tiempo. «Es cierto que el efecto margen ha prevalecido últimamente», dijo Enria, y señaló que los bancos han logrado compensar el efecto negativo de los intereses a través de ingresos por transacciones y mayores ingresos por comisiones. A pesar de la diversificación de las fuentes de ingresos, los bancos tienen que hacer frente a las cargas de los tipos de interés muy bajos con vistas a sus estructuras de costes y modelos de negocio, reconoció, ante de reiterar que considera muy necesaria la culminación de la Unión Bancaria.
En su discurso inicial, Lagarde también señaló previamente la importancia de reglas comunes para evitar el arbitraje regulatorio. Enria se refirió explícitamente a un plan de seguro de depósitos conjunto en Europa, que también podría facilitar el movimiento transfronterizo de capital y liquidez entre empresas matrices y filiales de un grupo bancario. Un seguro de depósito conjunto ha encontrado hasta ahora resistencia en Alemania, porque requiere una reducción de los préstamos en peligro de incumplimiento en los balances bancarios y es visto por este país como un paso hacia la mancomunidad de la deuda.
La banca se suma
Fuera de esta jornada de supervisión, los bancos se suman a esa demanda. El presidente de Deutsche Bank, Christian Sewing, está haciendo campaña para la Unión de Mercados de Capitales mientras en Alemania se negocia la próxima coalición de gobierno, liderada muy posiblemente por el socialdemócrata Olaf Scholz. Se respira un nuevo espíritu en muchos proyectos europeos. Hay esperanzas en los círculos financieros de que la unión bancaria y, más tarde, la unión de los mercados de capitales en Europa, finalmente recuperen velocidad. Después de todo, fue Scholz quien presentó un nuevo concepto para dar impulso al proyecto como ministro de Finanzas de Alemania. «Sé que este no es necesariamente un proyecto con el que el público europeo pueda electrizarse», dijo Sewing.