El Extremadura resucita las huelgas
La plantilla deja de entrenarse y no viaja esta jornada a Riazor ante la falta de soluciones del club de Almendralejo a más de medio año de impagos. Una década después, la agonía de un equipo para el fútbol
Técnicos y jugadores del Extremadura UD llevan más de medio año sufriendo la cara más amarga del fútbol, la bilis de los impagos, porque en sus bancos no hay rastro de ingresos a lo largo de los últimos siete meses. Al menos de los que deberían llegar desde la cuenta de un club que en hace dos años sacaba pecho en la categoría de plata y que ahora deambula con un futuro incierto por la Primera División RFEF (el tercer escalón del fútbol) bajo la presidencia de Manuel Franganillo, el hombre al que la plantilla señala con dedo acusador como culpable de sus desvelos. «En algunos casos debe mensualidades correspondientes a la temporada 20192020 que se acumulan hasta la campaña actual», aseguran desde la caseta. Son varios los componentes del vestuario que ya han tenido que recurrir al salvavidas que supone la ayuda de familia y amigos para cubrir gastos básicos como el alquiler de sus pisos o el pago del colegio de sus hijos, pero la situación resulta insostenible no solo para el bolsillo. «No hay trabajadores en las oficinas, en verano tuvimos que preparar nosotros mismos nuestras fichas para poder competir, el material de entrenamiento es prácticamente nulo...», denuncian desde la caseta. Harta del calvario, la plantilla anunció ayer el inicio de la huelga que convocó ya para el fin de semana pasado y que finalmente no ejecutó en un último gesto de buena voluntad con la confianza de que el presidente encontrara un inversor de última hora. Los entrenamientos se suspendieron este viernes y el equipo no jugará mañana ante el Deportivo en el estadio de Riazor.
Justo una década después de que la plantilla del Cerro de Reyes, curiosamente otro conjunto de Badajoz, protagonizara la última huelga en un vestuario del fútbol español, técnicos y jugadores del Extremadura siguen el mismo camino, según anunció a primera hora de la mañana Kike Márquez, uno de los capitanes, a las puertas de las instalaciones del club azulgrana. «A partir del día 12 (ayer) todos los integrantes de la plantilla y cuerpo técnico ejercitarán su derecho a secundar la huelga de conformidad con la convocatoria mientras no exista una solución a la problemática existente», confirmó poco después el sindicato de futbolistas AFE en un comunicado. Un parón que se extenderá hoy y mañana, así como los días 19, 20 y 21 de noviembre.
Si el equipo no se presenta en La Coruña, algo improbable salvo un cambio radical de última hora, al conjunto de Almendralejo se le dará por perdido el encuentro ante el Deportivo (3-0) y se le restarán tres puntos. En caso de una segunda incomparecencia, el club azulgrana sería expulsado de la Liga y la próxima temporada militaría en la Segunda División RFEF.