Casado levanta el ánimo del PP: «Vayamos a lo nuestro, vamos a ganar con los mejores»
«Estamos haciendo lo que tenemos que hacer», defiende el presidente del PP en plena crisis interna
En el congreso del PP de Castilla-La Mancha aún se comentaba ayer el paso del ‘ciclón Ayuso’ el sábado por la tarde. La presidenta de la Comunidad de Madrid llegó a Puertollano entre vítores y un fervor generalizado, habló, mantuvo vivo su pulso a Génova y se marchó entre gritos de ‘presidenta, presidenta’. Pero ayer era el día de Pablo Casado, que clausuró este congreso, celebrado en Puertollano, con Paco Núñez reelegido como presidente. El área de Organización del PP, con Ana Beltrán a la cabeza, lo preparó todo para que el recibimiento a Casado fuera a lo grande y centenares de compromisarios se agolparon a las puertas del pabellón ferial ‘La Central’ para agasajar al presidente con aplausos y gritos de apoyo. El líder del PP llegó dispuesto a levantar el ánimo a su partido, bien respaldado por las últimas encuestas publicadas, que vuelven a situar a su partido en una primera posición clara frente a un PSOE a la baja: «Vamos bien, nosotros, a lo nuestro».
Casado estuvo arropado por buena parte de su ejecutiva: los portavoces parlamentarios, Cuca Gamarra y Javier Maroto, y los vicesecretarios Ana Beltrán, Pablo Montesinos, Jaime de Olano y Antonio González Terol. Los populares se desayunaron con un ataque furibundo de la exportavoz parlamentaria Cayetana Álvarez de Toledo a la dirección del partido, en una entrevista en ’El Mundo’, y aunque en privado no dejan duda sobre la opinión negativa que les merece la aún diputada del PP, en público optaron por el silencio. El mismo que expresó Casado cuando los periodistas le preguntaron por ella: su gesto de indiferencia y hastío lo dijo todo. En Génova hay quien prefiere que no se tome ninguna medida disciplinaria, para no darle más alas.
El silencio de Génova
La dirección del partido también ha optado por el silencio en la crisis del PP en Madrid. Ni una palabra de respuesta a lo que dijo el día anterior Ayuso, cuando aprovechó que tenía a todos los medios de comunicación delante para presionar de nuevo y pedir que se adelante el congreso del PP madrileño con el fin de evitar el «desgaste». En su discurso en Puertollano, Casado no hizo ninguna mención expresa a este asunto que le duele, como señalan fuentes cercanas, aunque no faltaron mensajes en clave interna.
Antes de subir al escenario, Casado escuchó cómo el presidente de la mesa del congreso, Leopoldo Sierra, alcalde de Daimiel, hacía de portavoz de los populares castellano-manchegos y le mostraba la lealtad de todo el partido: «Vimos ayer, en la mesa de presidentes autonómicos, la unidad hacia tu persona. Tú eres nuestro referente, el de todos, el futuro que necesita este país. Nuestro adversario es el socialismo, nosotros te queremos a ti», aseguró.
Los compromisarios no forman el público más entusiasta del mundo, pero aplaudieron al presidente del PP cuando tocó, y tanto antes como después de su intervención le arroparon. Es cierto que una cosa es el apoyo y la lealtad al líder, y otra muy diferente la ola de hervor que provoca Ayuso entre los populares allá por donde pasa.
En la tribuna de oradores, Casado actuó como jefe de la oposición, con críticas al Gobierno de Sánchez por sus políticas relacionadas con la energía, el empleo, la despoblación, el agua, la financiación autonómica, la educación o los impuestos, y recordó algunas de sus promesas, como la de derogar la ‘ley Celaá” de Educación «nada más llegar» al poder, así como las modificaciones que el PSOE y sus socios introduzcan en la ley de Seguridad Ciudadana, y que a su juicio dejan desprotegidos a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
La dirección nacional responde con silencio, y visible hastío, a los ataques de la exportavoz Cayetana Álvarez de Toledo
Encuestas a favor
En clave interna, Casado sacó a relucir las últimas encuestas, publicadas ayer mismo en varios medios de comunicación, que vuelven a situar al PP como partido ganador en unas elecciones generales, aunque con cierto estancamiento en las últimas semanas. «Vamos bien, vamos a ganar las elecciones generales, cuando sean, aguanten lo que aguanten, nos da igual, porque la gente no puede más y quiere un Gobierno que resuelva sus problemas», exclamó entre aplausos del público. «Nosotros seguimos a lo nuestro», subrayó, en uno de sus mensajes interpretables desde el punto de vista interno del partido.
El presidente del PP insistió en que «hay alternativa», que es la que representa el PP: «Es una alternativa de reformismo, de nuevo contrato social para devolver el poder a los ciudadanos». Y sacó a relucir el orgullo de lo que significa su partido: «Esto es el PP, un partido de centro-derecha, y a mucha honra». Momento que aprovechó para invitar de nuevo a los socialdemócratas a unirse a su proyecto, porque el PP, dijo, «no hace una política de parte, de trinchera, para dividir», sino para mejorar la vida de la gente.
«Vayamos a lo nuestro, estamos haciendo lo que tenemos que hacer, que es servir a los españoles, construir una mejor España, es soñar a lo grande, pensar a lo grande, porque el PP merece la pena», advirtió a los suyos en plena guerra interna, que ha preocupado no solo en Madrid, sino al conjunto de barones por las repercusiones que puede tener en sus comunidades. «Volveremos a ganar y a hacer lo que hicimos, de la mano de los mejores, con gente como Paco Núñez», proclamó.