Baleares, principal puerta de entrada para los argelinos
Baleares es la nueva puerta de entrada a Europa de inmigrantes procedentes de Argelia. La tendencia iniciada en 2020, cuando arribaron a las islas 1.464 personas, se ha confirmado con creces durante 2021. En lo que va de año, se han localizado en el archipiélago balear 152 pateras que han trasladado 2.196 personas. Sin ir más lejos, el viernes 29 de octubre llegaron a Baleares tres embarcaciones con 45 argelinos a bordo, una de ellas a Formentera y las otras dos a Mallorca. Tanto la Delegación del Gobierno como el Govern balear insisten en que el archipiélago no tiene un problema con la llegada de inmigrantes. Sin embargo, sindicatos policiales llevan meses alertando de serios problemas para acoger a los desplazados. Durante el verano, cuando la llegada de embarcaciones era continua especialmente durante el fin de semana, las instalaciones temporales del puerto de Palma se quedaron muy cortas para hospedar a los inmigrantes y varios de ellos acabaron durmiendo en las cocheras de comisarías de Palma.
Además de los problemas logísticos, la llegada de inmigrantes ilegales a Baleares también ha generado preocupación entre las fuerzas policiales por la presencia de algunos delincuentes entre los recién llegados. Hace unas semanas, una operación policial desarticuló una banda de ladrones liderada por Moulauy L., un argelino de 41 años que se dedicaba a traer compatriotas de forma ilegal desde el puerto de Dellys. Muchos de ellos acababan trabajando para él cometiendo robos porque algunos de
ellos habían viajado a Mallorca de forma gratuita.
La operación Alssariq (ladrón en árabe) se saldó con la detención de 13 personas, casi todas ellas argelinos entre 20 y 28 años y resolvió 151 delitos, aunque la Policía reconoció que sólo era «la punta del iceberg». La banda tomó como base de operaciones la llamada casa de los horrores, situada en el número 63 de la calle Manacor de Palma, donde se vendían objetos robados y drogas e incluso se investiga la comisión de otros delitos, como abusos y violaciones a menores tuteladas por el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales. Los intentos de integración de los recién llegados también generan a veces conflictos con residentes.