Otra gesta de Imbroda
Al consejero de Educación hay que preguntar eso de «qué hace un chico como tú en un sitio como este»
Tener a Javier Imbroda como consejero de Educación y Deportes es un lujo para Andalucía. Estas cosas no solo hay que pensarlas sino escribirlas sin remilgos equidistantes. Aunque el halago debilite. Lo siento.
El drama sobre la necesidad de aportar talento a la política se agudiza. Lo explicaba ayer la luz de Gómez Marín en su Cruz del Sur: sufrimos una «jibarización del liderato planetario», un tiempo crítico de «segundones advenedizos o ignorantes expontáneos». Basta mirar el nivel del parlamentarismo o consultar la vida laboral de cuantos concatenan nóminas de la Administración hasta jubilarse con más fidelidad al partido que al mandato ciudadano.
A Imbroda hay que preguntar eso de «qué hace un chico como tú en un sitio como este». Con un reconocimiento profesional internacional ganado en las canchas como entrenador, la vida resuelta en las cuentas corrientes y luchas personales más trascendentales, la dedicación de Imbroda a la política despoja de ironía el «degenerando» de aquel banderillero de Belmonte que fue nombrado gobernador civil, pero transmite ese perfil apasionado y romántico de la dedicación a la cosa pública que engancha obviando sus muchas miserias.
Con 17 temporadas a sus espaldas en la ACB y varias medallas al cuello como seleccionador nacional, Imbroda está preparado para soportar cualquier presión. Incluso la que prometía hacer saltar por los aires el inicio del curso escolar de 2020 cuando la oposición y los sindicatos se aliaban con la trompetería del apocalipsis pandémico para anunciar la catástrofe. Imbroda no solo paró aquella campaña tan interesada como perversa, sino que un año después ha firmado con los sindicatos un acuerdo que garantiza a Andalucía tener la mayor plantilla docente de su historia.
Ya había ganado la batalla a los que quisieron boicotear su plan contra el fracaso escolar que cada verano ofrece clases de recuperación en los colegios. Entretanto, ha devuelto por ley la autoridad de los docentes en las aulas, ha puesto fin al abuso del lenguaje inclusivo y sigue siendo noticia (desgraciadamente) porque desde sus competencias educativas habla de rendimiento, cultura del esfuerzo y libertad.
Es más, en la semana que confirma a Granada como sede de la Copa del Rey de baloncesto de 2022, el entrenador que en 2002 desafió el imposible cuando en Indianápolis llevó a los suyos a la victoria frente a la todopoderosa selección estadounidense, ha vuelto a hacerlo al llenar ayer, gracias al acuerdo con la Federación Española de Fútbol, el estadio de la Cartuja, esa espina en la autoestima de Sevilla. La ciudad ingrata no lo agradecerá, pero así, partido a partido, Imbroda se está ganando a Andalucía y Andalucía gana con Imbroda.
Con 17 temporadas a sus espaldas en la ACB y varias medallas al cuello como seleccionador, está preparado para soportar cualquier presión