Escoger la silla correcta reduce un 90% el riesgo de lesiones
▶ Hay grandes diferencias morfológicas entre bebés, niños y adultos, de ahí la importancia de usar el sistema de retención adecuado a su peso o altura
La utilización, y correcta utilización, de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) genera todavía muchas dudas entre los padres, a pesar del empeño del sector automovilístico, desde fabricantes hasta la Dirección General de Tráfico (DGT), pasando por aseguradoras, por advertir e informar. De hecho, los datos del organismo demuestran que reducen en un 90% las posibilidades de sufrir lesiones y en un 75% el índice de mortalidad ante un supuesto accidente de tráfico, que sigue siendo una de las principales causas de mortalidad infantil (en 2019 se registraron un total de 104.080 accidentes, una media de 285 al día; y en 2020 fallecieron 17 niños, dos de ellos por no hacer uso del sistema).
Sentar a los niños en un SRI es obligatorio por ley –no hacerlo está tipificado como infracción grave, y conlleva una sanción mínima de 200 euros y, según el borrador de la nueva Ley de Tráfico, la retirada de 4 puntos en el carné de conducir (antes 3)– para todos con una altura igual o inferior a 1,35 metros, aunque se recomienda hasta los 1,50 metros. Así, de los 0 a los 12 años pasarán por hasta cuatro sillas diferentes debido a las grandes diferencias morfológicas entre bebés, niños y adultos, según su peso o altura; hasta dar el salto al cinturón de seguridad.
A la hora de escoger la correcta hay una serie de parámetros a tener en cuenta. En primer lugar, debe estar homologada por la normativa oficial de la región. En Europa conviven las normativas UN R 44/04 y la UN R 129, la primera se rige por el peso y la segunda por la altura. En segundo lugar, los padres deben asegurarse de que la silla se adecua a la altura y/o peso del niño; así como comprobar que sirve para su coche, ya que no todas las sillas son compatibles con todos los vehículos o sistemas de anclaje. Ante esto último, priorizar el sistema Isofix, obligatorio en los vehículos tipo turismo de cuatro o más plazas desde el 2014. Su objetivo principal es evitar errores en la instalación del SRI, algo que ocurre con frecuencia con el cinturón de seguridad y no se siguen las indicaciones del fabricante.
También se recomienda que los niños viajen en sentido contrario de la marcha durante «el mayor tiempo posible», asegura el director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, Jesús Monclús. «La razón es simple. En el caso de los sistemas mirando hacia delante y durante un choque frontal, el arnés de la sillita sujeta el pecho del niño, pero la cabeza no queda igual de protegida, y tendría que ser el cuello, una parte de la anatomía infantil relativamente frágil, quien sujetara a la cabeza y detuviera su desplazamiento hacia delante», añade. Argumento que reafirman expertos en seguridad de Cybex, empresa de puericultura: «De esta manera se reduce el riesgo de lesiones en caso de colisión frontal en más de un 80% en comparación con una orientada en sentido favorable de la marcha, ya que las fuerzas de impacto se distribuyen de manera uniforme en un área mayor».
En cuanto al arnés que sujeta al niño, ¿cómo debe ir de apretado? Como la propia denominación lo indica, un SRI es un sistema que debe retener. Desde Cybex apuntan a holgura ideal «debería permitir poner la punta de los dedos entre el sistema de arnés y el cuerpo del pequeño. Y evitar el mal hábito muy extendido de colocar al niño en la silla con el abrigo». Además, «recordar que el cinturón nunca debe ir retorcido, ni doblado ni holgado, y que la cabeza del menor nunca debe sobresalir por encima del reposacabezas», subraya Monclús.
Finalmente, recordar que, tras sufrir un accidente, «por muy leve que sea, se debe cambiar de silla ya que perderán efectividad», apuntan desde Cybex. «También tienen fecha de caducidad. El sol y las altas y bajas temperaturas desgastan los componentes de las sillas. Normalmente la vida útil está alrededor de los 10 años pero esto lo determinará cada fabricante», concluyen.
Jesús Monclús
Director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre
«Una silla mal instalada no hará su función»
—¿Cuántas sillas se necesitan a lo largo de los años?
—En una silla de niños, cuando más específico sea su rango de uso, mejor se adaptará a su cuerpo y mayor será el confort y la seguridad del bebé o niño. La más recomendable sería, por lo tanto, el uso de un portabebés en un primer momento, después pasar a utilizar un silla hasta los 105 cm mirando hacia atrás y, finalmente, el uso de un alzador con respaldo desde los 105 cm hasta los 150 cm.
—¿En qué hay que fijarse?
En dos ideas: que la silla quede bien instalada en el vehículo, y que el niño o bebé queden bien sujeto a la sillita. Es importante acudir a un establecimiento con personal bien formado donde nos ayuden a instalar en el vehículo diferentes modelos, para ver aquellos que, por espacio, forma de los asientos, y espacio interior se adapten mejor a nuestro coche.
—¿Resultan claves los sistemas Isofix?
—Facilitan la instalación de la silla y reducen el riesgo de instalarla incorrectamente. Esto es muy importante porque una silla mal instalada no hará correctamente su función.