ABC (Andalucía)

Cinco cargos gracias al dedo de Sánchez

Cuando Irene Lozano renunció esta semana a su acta como diputada en la Asamblea de Madrid, era evidente que desde La Moncloa había un nuevo plan para el eterno fichaje del presidente

- ANGIE CALERO

En 2015 Sánchez contó con Lozano por primera vez, fue para las elecciones de diciembre. En la campaña coincidió con el ahora ministro de Exteriores

El PP preguntará en el Congreso de los Diputados sobre la idoneidad y conocimien­tos de la nueva directora para el cargo

Cuando Irene Lozano renunció el pasado lunes a su acta como diputada en la Asamblea de Madrid, saltaron todas las alarmas: desde el Palacio de la Moncloa había un nuevo plan para la biógrafa de Pedro Sánchez.

La escritora y política lleva desde las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 siendo el eterno fichaje del presidente del Gobierno, de ahí que resultara bastante evidente que su salida del Parlamento madrileño guardara relación con un nuevo destino como alto cargo. Y así ha sido.

En la mañana de ayer, Irene Lozano fue nombrada nueva directora general de Casa Árabe. El cargo se ratificó durante la reunión del consejo rector del consorcio que componen el

Ministerio de Asuntos Exteriores, la Agencia Española de Cooperació­n Internacio­nal para el Desarrollo (Aecid), la Junta de Andalucía, la Comunidad de Madrid y los ayuntamien­tos de la capital y Córdoba.

La candidatur­a de Irene Lozano como directora de Casa Árabe la presentó el Gobierno y, al parecer, según ha podido saber ABC, ni el Ayuntamien­to ni la Comunidad de Madrid postularon un aspirante alternativ­o porque son minoría en ese consorcio y «sería inútil», tal y como explican a este periódico desde ambas institucio­nes. Las cuatro administra­ciones se abstuviero­n.

Hasta ahora –y desde el pasado 8 de junio, cuando entró en la Asamblea de Madrid–, Irene Lozano percibía 5.060,22 euros brutos al mes. En 2019, el Portal de Transparen­cia cifró en 95.371,73 euros el salario anual de Pedro Martínez-Avial, quien fue director de Casa Árabe desde agosto de 2017 y hasta el pasado mes de julio, cuando fue nombrado embajador de España en Irak. Sin embargo, el sueldo de Irene Lozano podría rondar los 80.000 euros, dado que no pertenece a la Carrera Diplomátic­a a diferencia de su antecesor.

Le duran más lo perros

El pasado mes de mayo, en una entrevista concedida a este periódico, Lozano comentó que le duraban más «los perros que los hombres». Y segurament­e más que sus trabajos. Precisamen­te este año se cumple una década desde que pisó por primera vez el Congreso de los Diputados para ocupar su escaño por UPyD. Unos inicios en la política que ahora hay que hacer esfuerzos para recordarlo­s.

Fue diputada del partido de Rosa Díez hasta 2015, cuando Pedro Sánchez contó con ella para las elecciones generales del 20 de diciembre. En esa campaña coincidió además con el actual ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperació­n, José Manuel Albares, quien dejó temporalme­nte la carrera diplomátic­a para integrarse en el equipo de Sánchez como coordinado­r del programa en política europea y política exterior del PSOE.

La implicació­n de Lozano durante aquella campaña fue tan escasa que, para cuando se repitieron las elecciones en 2016, ella no figuraba en las listas. Alegó problemas personales y desapareci­ó durante un tiempo del panorama político. Un paréntesis en el que no estuvo cruzada de brazos. En ese tiempo escribió ‘Manual de resistenci­a’, las memorias de Pedro Sánchez. Un libro que, aunque cuando se firmó no se planteaba la posibilida­d de que el líder del PSOE fuera presidente del Gobierno, se publicó en 2019, coincidien­do con la llegada de Sánchez al Palacio de la Moncloa.

Lo de Irene Lozano fue una mezcla de suerte y olfato. Mientras escribía las memorias del que sería el futuro inquilino del palacio presidenci­al, Lozano y Sánchez forjaron una relación de estrecha confianza que continúa a día de hoy. El vínculo entre ellos explica los pasos profesiona­les que desde entonces ha dado Lozano. En su primer Gobierno, Sánchez la colocó como secretaria de Estado para la España Global, un puesto que la situó como posible candidata para las plazas de libre designació­n del Ministerio de Asuntos Exteriores, hasta tal punto que, tras las elecciones de noviembre de 2019, llegó a barajarse su nombre como ministra.

La formación

Después asumió la presidenci­a del Consejo Superior de Deportes (CSD) en un año que, de no haber sido por la pandemia, iba a estar marcado por los Juegos Olímpicos de Tokio, lo que situaba a Lozano en un puesto de gran relevancia. El pasado mes de mayo, antes de presentars­e por las listas del PSOE para la Comunidad de Madrid, su nombre también sonó como embajadora de España en Londres.

Licenciada en Lingüístic­a por la Universida­d Complutens­e de Madrid y diplomada en Filosofía por el Birkbeck College de Londres, el paso de Irene Lozano por el Ministerio de Asuntos Exteriores es la base sobre la que se sustenta su nuevo cargo al frente de Casa Árabe.

Sobre este nuevo nombramien­to preguntará el Partido Popular el próximo lunes en el Congreso de los Diputados. Entre las cuestiones que plantearán desde el PP Valentina Martinez y Pablo Hispán se encuentra la idoneidad de un perfil como el de Irene Lozano. Para ello –siguiendo los parámetros del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y entendiend­o que el nuevo cargo de Lozano es equiparabl­e al de una embajadora–, se interesará­n por saber si Lozano conoce el idioma y la cultura árabe. También preguntará­n «por los méritos» de Lozano «para merecer ese destino» y si en «su currículum literario para la evaluación positiva de su candidatur­a» consta también el libro publicado por Pedro Sanchez.

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// JAIME GARCÍA Lozano, en la toma de posesión de su antepenúlt­imo cargo, en el Consejo Superior de Deportes

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