Montoya, culpable del rapto violación y asesinato de Luelmo
► El voto unánime del jurado abre la puerta a la pena de prisión permanente revisable
Bernardo Montoya violó y mató a Laura Luelmo en la tarde del 12 diciembre de 2018 en el municipio onubense de El Campillo. El jurado popular que a lo largo de esta semana ha asistido, casi sin descanso, a los testimonios y pruebas que se han sucedido en la Audiencia Provincial de Huelva —donde se ha celebrado el juicio por el crimen a puerta cerrada— ha visto caer la presunción de inocencia a golpe de pruebas de cargo y ha considerado demostrado cada uno de los delitos: Montoya ha dejado de ser presunto, es, según el veredicto, culpable de detención ilegal, agresión sexual y asesinato.
La decisión llegaba en la tarde de ayer, cuando el portavoz del tribunal popular daba lectura al veredicto frente al autor del crimen, ante la presencia del magistrado que preside la Sala, Florentino G. Ruiz Yamuza, y de las partes personadas (tres acusaciones) y su abogado, Miguel Rivera, sentado a su izquierda.
No ha habido fisura alguna en la resolución. El veredicto de culpabilidad fue unánime entre todos los jurados (nueve miembros) e hicieron falta poco más de cinco horas para que se produjera el acuerdo. En sus manos, el presidente del tribunal dejó el objeto del veredicto, un escrito con 19 preguntas, como concretó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), cuyas respuestas serán la base de la sentencia condenatoria que dicte el magistrado.
Montoya pasó la deliberación en la celda que ocupa desde hace dos semanas en el módulo de aislamiento de la cárcel de Huelva con la certeza ya de una nueva condena, que se sumará al rosario de antecedentes penales que acumula en las últimas décadas, incluido el asesinato de una anciana cuya sentencia acabó de cumplir apenas dos meses antes de que asesinar a la joven profesora de Zamora.
El silencio que ha acompañado el juicio por el crimen de Laura Luelmo, tras la decisión del presidente del tribunal de celebrar la vista a puerta cerrada a petición de la familia de la víctima, con el respaldo de todas las acusaciones y la renuncia de Montoya a un juicio público, con la protesta en bloque de las asociaciones de la Prensa y el Colegio de Periodistas, solo se ha roto desde la parte del acusado. Sus proclamas de inocencia e incluso de sentimientos de «odio» lo han acompañado desde el pasado lunes, cada día, a su llegada a los juzgados de Huelva. Mientras, su representante legal ha ido relatando a cuentagotas versiones a medias de su declaración, dejando entrever —en constantes alusiones a futuros recursos— que esperaba el veredicto que se ha producido, el de culpabilidad de su cliente.
La Fiscalía y la Junta de Andalucía reclaman prisión permanente revisable y otros 32 años de cárcel por el secuestro y la violación de la víctima, que fue torturada a golpes.