Telebasura y corazón: cuando la televisión comenzó a fabricar famosos
Los programas de crónica social evolucionaron hace tiempo hacia la espectacularización de la vida privada
Para la Real Academia Española, son telebasura el «conjunto de programas televisivos de contenidos zafios y vulgares», una etiqueta que está generando un controvertido debate sobre qué espacios no superan el umbral de calidad mínima exigible que los espectadores merecen. Diferentes consejos audiovisuales elaboraron durante años informes en los que aglutinaban en esta definición contenidos que inclumplían la legislación vigente al atentar contra la intimidad de los individuos o vulnerar el horario infantil. Lenguaje malsonante, espectacularización de la vida privada o intromisión en la intimidad son, para estos organismos, las líneas rojas que certifican la dudosa calidad de un espacio; condiciones que, en la parrilla actual, podrían cumplir determinados programas del corazón y ‘reality shows’.
Sobre los programas del corazón, conviene hacer una reflexión sobre si todos los espacios que tratan la crónica social merecen ser agrupados bajo una etiqueta tan baja como la de ‘basura’. El profesor y experto en el medio Enrique Guerrero afirma que, como en cualquier sector, todo depende del contenido. «Puede haber espacios protagonizados por famosos de verdad y en los que se cuente su historia, adentrándonos en mostrar su vida más familiar con calidad. Esto no sería telebasura», explica.
Ejemplo de lo que expone Guerrero es el programa de Televisión Española ‘Lazos de Sangre’, que ahonda en el pasado de numerosas personalidades y que protagonizaron artistas como El Fary o Concha Velasco. En este sentido, la cadena pública sigue siendo un ejemplo del buen gusto en un género televisivo que ahora goza de mala fama pero en el que un día se enmarcaron programas como ‘Extra Rosa’, con Ana Rosa Quintana y Rosa Villacastín, o ‘Bla, bla, bla’ en los años 80.
Hace años que la competencia entre televisiones y el ‘todo por la audiencia’ llevó a las cadenas a incrementar el morbo y el espectáculo de algunos de sus contenidos. Famosos como Isabel Preysler, antes protagonista de la ‘crónica rosa’, dieron el relevo a personajes otrora considerados de ‘segunda’, como los denominados ‘hijos de’ (Kiko Rivera, Isa Pantoja, Gloria Camila).
Inventar personajes
La maquinaria del corazón daba dinero y hacían falta noticias, así que la televisión, aupada por el éxito de los ‘realities’, comenzó a fabricar a sus propios personajes. Si en 2001 ‘Operación Triunfo’ generó una remesa de nuevos artistas para revolucionar el mercado discográfico, con el cambio de siglo, un año antes, Telecinco dio con la fórmula mágica para ‘producir’ celebridades con su exitoso ‘Gran Hermano’.
El furor por este tipo de programas, así como el avance imparable de ‘Sálvame’ y su versión ‘Deluxe’ llevaron a Antena 3 a abandonar la batalla del cotilleo y a cancelar uno de sus programas más queridos hasta la fecha, el popular ‘Dónde estás corazón’. Los nuevos famosos, muchos nacidos en Mediaset, donde van cumpliendo ciclos de programa en programa, colonizaron la televisión e inauguraron una nueva crónica social en la que los gritos sustituyeron a la elegancia. Los programas –y las revistas– tuvieron que adaptarse al nuevo ecosistema e incluso ‘Corazón’, de Anne Igartiburu, terminó por rendirse y cedió hueco a personajes como Asraf Beno, algo impensable tiempo atrás. «Cuando alguien se siente atrapado por un contenido de poca calidad es porque, de algún modo, ha empatizado con lo que le cuentan y cómo lo hacen», concede Guerrero, sabedor de que el morbo no entiende de calidades.