Los discutidos datos del INE
El avance de los datos de afiliación a la Seguridad Social que conocimos la semana pasada del mes de noviembre vuelven a sorprender. Un mes más el número de afiliados va a crecer mucho, más de lo que es habitual en estas fechas, dejando el número de afiliados claramente por encima de donde estaban antes de empezar esta crisis. Sin duda, este buen momento en el empleo también se va a trasladar a los esquemas temporales de protección de empleo que probablemente cerrarán el mes por debajo de más de 100.000 personas con el paraguas del ERTE de las que a tiempo completo serán algo más de 50.000.
Si a lo anterior sumamos la evolución de los ingresos fiscales o de la Seguridad Social, la evolución de la mora –la morosidad de la Seguridad Social es de lo primero que empeora cuando las cosas se empiezan a torcer– u otros muchos indicadores sobre la evolución del sector exterior o la construcción, creo que resulta adecuado volver sobre los controvertidos datos del INE.
Sin duda y, como decía uno de sus responsables hace unos días, no es fácil contabilizar lo que está pasando en la economía últimamente. Ahora, los datos de empleo o de ingresos fiscales, la evolución de la recaudación por IVA o el gasto con tarjetas de crédito –como ‘proxy’ del consumo– ya están, son los que son y no cabe revisión alguna. Además, no coinciden con lo que dice el
Instituto Nacional de Estadística.
O bien revisan sus datos, ya comprobados, o el año que viene van a tener que inflar el dato para contabilizar lo que ya ha pasado.
Más allá del bochorno, importa recordar que las cifras que publica el INE no son inocuas. Sus controvertidas revisiones, entre otras cosas, ha arrastrado a las previsiones del conjunto de analistas con lo que eso pueda suponer. No basta con que sus responsables salgan entre vagas disculpas aireando las dificultades que entraña su trabajo actualmente, sino que lo solucionen lo antes y mejor posible.