¿Vuelta a la casilla de salida?
La nueva variante sudafricana del coronavirus ha disparado sorprendentemente todas las alarmas. Y digo sorprendentemente porque es mucho más lo que todavía no sabemos que lo que realmente conocemos de la variante Ómicron. Desconocemos su capacidad de transmisión, la eficacia de las vacunas, las características de los contagios o el riego de reinfeccion.
Sí sabemos, y es importante, que esta variable lleva circulando desde antes de verano. También que es fácil de detectar. Por lo que en los próximos días se van a conocer con mucha seguridad un aluvión de casos en muchos otros países. También sabemos que en Sudáfrica, donde ha irrumpido con fuerza, la vacunación es muy reducida y el nivel de contagiados bajo. Las primeras informaciones además apuntan a que no hay hospitalizados que hubieran recibido la pauta completa.
En lo que respecta a cómo de transmisible es la nueva variante, los números sudafricanos aportan de momento poco. Es poco probable en cualquier caso que se produzcan grandes saltos porque los de las actuales ya son muy altos.
Y en cuanto a la posibilidad de evadir la efectividad de la vacuna es también poco probable que de ser así sea totalmente. Lo mismo aplica a la adquirida por contagios anteriores. Además, en ningún caso la eficacia de los antivirales debería verse comprometida.
De momento, los números no permiten hacerse una idea clara de hasta donde puede llegar esta nueva variante. Habrá que ir viendo cómo evolucionan los contagios dentro y fuera de Sudáfrica, sus características y la efectividad de las vacunas.
Así las cosas, la posibilidad de volver a la casilla de salida es ninguna. La reacción de las bolsas del viernes pasado es consecuencia de un cúmulo de circunstancias –de las que probablemente más de una y dos se nos escapan– pero no de que se esté poniendo en precio retrocesos significativos en la reapertura de la economía. Si hay algo que deberíamos haber aprendido de esta vacunación es que el catastrofismo no está justificado. Ha habido vacunas en tiempo récord –tres a falta de una–. Pese a las dudas iniciales no ha habido problemas de suministros. Y los calendarios de vacunación se han cumplido razonablemente. Como ha pasado en otras ocasiones con la aparición de nuevas variantes, es bastante probable que esta también se quede en más ruido que nueces y que hayamos asistido una vez más a una sobrerreacción del mercado.