«Las revoluciones de la izquierda están al servicio del capitalismo»
El colaborador de ABC publica ‘Enmienda a la totalidad’, en el que reúne sus artículos contra el sistema
«En contra de lo que mucha gente se piensa, yo escribo sobre todo para los jóvenes, pero me los tomo en serio»
Juan Manuel de Prada Escritor
Dice Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) que la única forma de no marearse en un tiempo tan aturdidor como el que vivimos es levantar el vuelo y observar las cosas con vista de águila. Fijarse no en la polvadera de la actualidad (tan distinta del presente), sino en las causas últimas de lo que sucede. Esto es: tratar de definir las grandes corrientes que nos arrastran a un lugar u otro. Con ese ánimo, asegura, ha alumbrado todos los artículos que ha recopilado en ‘Enmienda a la totalidad’ (Homo Legens).
En estas páginas, cuenta el escritor, carga contra el concepto de libertad del liberalismo, contra la democracia entendida como fundamento de Gobierno (frente a la democracia como forma de Gobierno) y contra «los procesos de ingeniería social que estamos sufriendo y de abolición del hombre, que diría C. S. Lewis». «Trato una serie de cuestiones que creo que son fundamentales: la cuestión de la monarquía, altas cuestiones de política, y también hago una crítica al capitalismo. Es una lectura política antimoderna, tradicional», resume.
En este sentido, De Prada reconoce que pisa tierra de nadie: «Los conservadores todavía están encarcelados en unos esquemas mentales propios de la Guerra Fría: piensan que la crítica al capitalismo es comunismo. Y la izquierda, utilizando una retórica anticapitalista, es el principal elemento para esa revolución antropológica y social que el capitalismo necesita para expandirse y para consolidarse… Todas las revoluciones sociales que la izquierda promueve están al servicio del capitalismo. Realmente, en estos momentos no hay quien discuta el capitalismo».
Hay cierto pesimismo en sus palabras, aunque él asegura que aún le queda algo de esperanza en un gran cambio... «Nuestra época es optimista y desesperada, yo soy un pesimista esperanzado», asevera. Y luego señala sombras: «Cuando escucho todas las cosas que están pasando con la plaga del coronavirus y esta necesidad de demonizar a la gente que no se ha vacunado… Esas cosas me parecen sorprendentes. Nos estamos asomando al abismo de una manera increíble. Y creo que hay una serie de instancias de un poder monstruoso que tienen la capacidad para manipularnos, para instilarnos pánico, para convertirnos en un gurruño de carne temblorosa». ¿Pero no era un esperanzado? «Tengo esperanzas de que esto no termine así, eso sí. Me gustaría naturalmente que hubiese una gran transformación, una gran metanoia. Que esta generación que está rendida ante una nueva forma de tiranía infinitamente más aplastante que ninguna otra de ninguna otra época pues abriera los ojos», concede.
Por eso, sostiene el autor de ‘La tempestad’, él se preocupa tanto por la juventud: «Hay una generación que está siendo triturada de una manera inmisericorde: se les quita la posibilidad de fundar una familia, se les quita la posibilidad de tener una propiedad… Se les quitan los elementos constitutivos de una vida digna de tal nombre. En contra de lo que mucha gente se piensa, que dicen que soy un tipo desfasado y que escribo para cuatro viejas… Es falso. La mayor parte de mis seguidores son gente joven. Gente muy joven, incluso. Y yo escribo sobre todo para ellos. Lo que pasa es que yo me tomo en serio a los jóvenes».