ABC (Andalucía)

Tijeretazo de 25.000 millones de la OCDE al crecimient­o de España

► Deja a nuestro país en el vagón de cola de Europa con un alza del 4,5% en 2021

- D. CABALLERO

La borrachera de optimismo del Gobierno se ha convertido ya en una dura resaca. El cansancio llegó con el Instituto Nacional de Estadístic­a (INE); las molestias de estómago corrieron a cargo del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) y la Comisión Europea; y el dolor de cabeza ha terminado por generarlo la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE) ayer mismo. Todos han ido echando por tierra las estimacion­es de PIB del Ejecutivo, que sigue enrocado en un 6,5% para este año y un 7% para el siguiente.

La OCDE rebajó ayer su previsión de crecimient­o para la economía española al 4,5% en 2021 y al 5,5% en 2022, frente al 6,8% que se esperaba anteriorme­nte para el presente año y el 6,6% para el próximo. Esto supone 2,3 puntos menos en 2021 y 1,1 puntos en 2022. Ahora nuestro país se queda más bien en el vagón de cola de Europa.

Hace tres meses la institució­n colocaba a España a la cabeza del crecimient­o, solo superada por Argentina, Turquía y China. Ahora todo ha cambiado, al quedar nuestro país en la parte baja del crecimient­o; la novedad negativa la protagoniz­a Alemania, que solo crecería un 2,9%.

Un organismo más que da una bofetada de realidad al Ejecutivo, que se niega a actualizar sus cálculos pese a los datos conocidos desde septiembre. El Instituto Nacional de Estadístic­a (INE) asestó un duro golpe al Gobierno con los datos del segundo trimestre. En su indicador de PIB adelantado estimó un crecimient­o entre abril y junio del 2,8%; en septiembre tuvo que corregir a la baja esa cifra hasta el 1,1%. Pero el drama no se quedó ahí: en el tercer trimestre, el alza que comunicó que había registrado la economía es de solo el 2%. Cumplir con el 6,5% que vaticina el Ejecutivo es prácticame­nte imposible, como publicó ABC.

«La demanda doméstica fue más débil de lo esperado en el segundo y tercer trimestre, en parte reflejando la inflación y el despliegue más lento de lo estimado de los fondos de recuperaci­ón europeos», explicó la economista sénior y máxima responsabl­e para España de la OCDE, Müge Adalet McGowan. La experta también atribuyó la abultada rebaja en las previsione­s de PIB al lento desembolso de las ayudas directas a empresas y al débil rendimient­o del turismo.

Los datos de 2021 son preocupant­es al haber rebajado su estimación en 2,3 puntos, lo que equivale a unos 25.000 millones de euros, pero también abarca al año que viene, al dejarla en un 5,5%. El consumo no está tirando como se cabría esperar tras haber pasado lo peor de la crisis, y eso que, como ha señalado el Banco de España en múltiples ocasiones, hay una bolsa ingente de ahorro derivada del Covid que aún guardan los españoles lista para gastar.

De esta forma, la OCDE sitúa sus previsione­s en línea similar a las de la Comisión Europea, que en noviembre también las actualizó a la baja al calcular un crecimient­o del 4,6% en 2021 –frente al 6,2% que previa en julio– y del 5,5% en 2022 –frente al 6,3% previsto anteriorme­nte–. Para 2023, Bruselas calcula un crecimient­o del 4,4%, superior al 3,8% que prevé la OCDE.

Retraso esperado

El FMI, la Comisión Europea, las distintas casas de análisis y la OCDE han echado por tierra las previsione­s del Gobierno

Bajo este escenario de tijeretazo a las estimacion­es de PIB, la organizaci­ón retrasa también el momento en el que España volverá a los niveles precrisis. El optimismo se desinfla por completo.

«Se prevé que el PIB alcance niveles prepandémi­cos para el primer trimestre de 2023», dice el documento, cuando antes se pensaba más en 2022. Este retraso en la recuperaci­ón total de la economía también lo han percibido el resto de institucio­nes y casas de análisis, que hablan ya de 2023, dejando a España en el vagón de cola de entre las grandes economías europeas.

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