«Este invierno será la prueba de fuego para la pandemia»
▶ El experto en genómica pide triple protección: ventilación vacunas, mascarilla y evitar aglomeraciones
A Iñaki Comas el nuevo coronavirus también le cambió el paso. Dejó la investigación de la tuberculosis para estudiar la evolución de un nuevo virus que desconcertaba al mundo. Desde el comienzo de la pandemia, este experto en genómica, se centró en estudiar la secuencia genérica del SARS-Cov-2 para estar alerta ante sus mutaciones. Ahora asiste, «con preocupación», a la irrupción de una nueva variante que hace impredecible la evolución de la pandemia. Pero como otros científicos pide no entrar en pánico: «Hay que estar alerta sin alarmarse». Es la primera vez que las instituciones y los gobiernos reaccionan con más preocupación que la ciencia. La investigación para saber lo que nos deparará, no ha hecho más que empezar. Aún falta tiempo para poder evaluar si esta constelación de mutaciones que reúne la última versión del virus es tan grave como parece. Lo que se sabe de ella inquieta. Presenta cambios ya vistos por separado en otras variantes y que dieron ventaja al nuevo coronavirus para transmitirse con más eficiencia y eludir a los anticuerpos neutralizantes, esa protección que proporcionan las vacunas o haber pasado la infección. Por primera vez, todos estos cambios aparecen juntos en una misma variante y esto es lo que ha disparado las alertas. «Una vez que pones juntas todas estas mutaciones no se puede predecir lo que va a ocurrir», dice.
Acelerar la tercera dosis
El científico del Instituto de Biomedicina de Valencia calcula una semana para que, al menos, los experimentos en el laboratorio «nos den una idea bastante certera para saber a lo que nos enfrentamos». Y otra semana más para conocer si su capacidad de transmisión es tan rápida o más que Delta, hasta ahora la versión más contagiosa del coronavirus. «Necesitamos acumular casos de personas inmunizadas y no vacunadas que se infecten para saber si las vacunas funcionan frente a Ómicron».
Quizá la preocupación por Ómicron se diluya como un azucarillo en un café. O puede que se confirme el peor de los escenarios y las vacunas no funcionen.
En este tiempo de incertidumbre el mensaje sigue siendo vacunar, vacunar y vacunar y acelerar la tercera dosis en los mayores de 60, pide. En su opinión, es muy difícil que las vacunas actuales sean inservibles. «Puede que pierdan eficacia pero no creo que veamos un escape vacunal. Si el impacto es similar al de otras variantes, la eficacia es aún muy alta», recuerda.
Este invierno será la «verdadera prueba de fuego para las vacunas y la evolución de la pandemia», asegura Comas. «Las vacunas han sido un regalo pero sabemos que no son perfectas para evitar el contagio –como no lo son en ninguna otra infección– y con la nueva variante puede que sean menos útiles. Estamos en un momento crítico: en invierno, cuando pasamos más tiempo en interiores y hay más riesgo de contagio; Delta y Ómicron están circulando, y reforzamos con terceras dosis porque vemos que falla la protección de los fármacos». De este experimento, quizá se sepa si es necesario vacunarse cada año como hacemos con la gripe.
Iñaki Comas no cree que España vuelva a sufrir una ola como la del año pasado, «nunca ha habido tantas personas inmunizadas». «La mejor prevención es utilizar diferentes capas de protección. Ninguna es perfecta, pero juntas funcionan muy bien: ventilación, mascarilla, distancia de seguridad y evitar grandes eventos».
«En una semana tendremos una idea certera de a qué nos enfrentamos con la variante Ómicron»