Liquidariana

Una señora que fue a ‘First Dates’ bebía su orina. Y eso era lo más normal

De ‘First Dates’ lo más interesante siempre ha sido la gente que parece (o es) normal, no los tipos extravagantes, peculiares, chiflados o necesitados de atención. Porque es la gente normal la que llama la atención, no la gente que quiere llamarla. Como no me gusta hablar con las personas, desconocidas o conocidas, admiro mucho a Carlos Sobera por los especímenes con los que tiene que tratar.

Pero mucho más llevadero me parece lo de ‘First Dates’ que lo de ‘Secret Story’ (sí, es televisión española). En lo de Telecinco tuvo lugar un desagradable careo entre Cristina Porta (voz de Lina Lamont) y Miguel Frigenti, ahora a lo Spike de ‘Buffy, cazavampiros’. Dos chungos gritándose y Sobera tratando de cortar el escándalo.

Nada de eso pasa en ‘First Dates’, donde la gente busca el amor, bueno, lo que sea que busquen, aunque sea salir en la tele una noche. El otro día fue una mujer por fuera normal, por dentro como siete cabras. O no, yo qué sé.

Que bebiera su propia orina (‘looping’) pareció lo más razonable. Es «neutral» (según ella, que no practica sexo). También es «liquidariana». Sólo bebe agua de coco y su orina. Nada sólido. Antes de quedar con su cita, ya había hecho suficiente alarde de particularidades a Carlos Sobera. Le había advertido también del peligro del sexo, la regla y dormir. Son enfermedades. El sexo porque «se nos acumula la caca en el vientre. El estreñimiento. Esto se congestiona. Los parásitos son capaces de dominar tu voluntad… y cuando estás muerto se salen los parásitos». «¿Y eso qué tiene que ver con el sexo?» (Sobera). La explicación: «Al ayunar dos años a líquidos se me fue el deseo sexual y la regla». Sorpresa.

A Rafa, su cita, le cogió ensaladilla del plato y empezó a untársela por el cuerpo (el de ella). Y le decía: «Esto, como se queda estancado dentro de tu cuerpo, provoca la caca olorosa, los pedos, el sobaco oloroso… ¿Si tienes una enfermedad qué es lo que tienes que hacer? Cagar». Rafa había contestado que curarse. Y «a esa chica le falta algo, no sé si cariño». Un tornillo. Pero mucho mejor que los gritos y maldad de los otros.

ROSA BELMONTE