El PP confía en que el parón navideño rebaje la tensión interna y evite más desgaste

▶ Casado presume de que en su partido están «todos unidos para salir de la crisis económica y social»

En el Partido Popular confían en que la Navidad haga su trabajo y la tensión interna caiga en picado en las próximas semanas, para evitar así que el desgaste que ya se observa en algunas encuestas vaya a más. De momento, en Génova sigue plenamente vigente su alto el fuego en la guerra por el congreso del PP de Madrid.

Pablo Casado, que se encuentra de gira iberoamericana, hizo malabarismos ayer para evitar echar leña al fuego durante su comparecencia ante los medios de comunicación en Buenos Aires. Su única declaración relacionada con las cuestiones internas del PP fue tajante, aunque poco o nada tenía que ver con lo que le preguntaban: «En el PP estamos todos unidos para salir de la crisis económica y social de la pandemia, y eso es lo importante». Lo demás, añadió en referencia a la convocatoria del congreso madrileño, «es solo un instrumento para mejorar la vida de las personas».

En su primera jornada de la gira, que le llevará también a Uruguay, Paraguay y Chile, la prensa inquirió a Casado por su liderazgo interno y por la posibilidad de que un adelanto de las elecciones autonómicas en Andalucía pueda retrasar el congreso del PP de Madrid, algo que Ayuso ya ha rechazado de plano. Pero el líder del PP no dijo que sí ni que no. Directamente no entró al ‘trapo’ de los periodistas en un asunto que rehúye como de la peste, más aún en una gira que ha cuidado al detalle y que es reflejo de uno de los pilares de su proyecto: la política internacional como prioridad. Casado se encuentra muy incómodo, además de dolido, en la guerra interna del PP, y por su parte quiere evitar cualquier afirmación o comentario que pueda servir para avivar la polémica.

Después de las últimas semanas turbulentas, el PP vive días de tranquilidad, mientras puede verse a unos y otros cómo tratan de contenerse para no alimentar la polémica por el enfrentamiento entre Isabel Díaz Ayuso y Génova. «Cualquier cosa que diga se va a malinterpretar, así que mejor me callo», comentó la presidenta madrileña a los periodistas el Día de la Constitución. Casado optó por esquivar los corrillos con la prensa. Y Teodoro García Egea ni siquiera acudió al acto institucional en el Congreso.

Algunos sectores del PP sostienen que lo primero que deben conseguir todos es calmar las aguas, que todo vuelva a su cauce, y poner fin al fuego cruzado en público. El desgaste de la guerra interna se refleja ya en algunos sondeos, pero desde la dirección nacional se le quita importancia y se subraya que el PP sigue por delante del PSOE. «El Partido Popular ya es la primera fuerza política en España», presumió ayer Casado en Buenos Aires.

Pero ese es el discurso ‘oficial’ de Génova. En otros sectores del partidos sí ven un claro frenazo en el crecimiento del PP, incluso un retroceso, aún leve, pero bastante inquietante para ellos: la mayoría absoluta clarísima junto a Vox, que venían reflejando todas las encuestas nacionales, excepto la del CIS, se está disipando. Y en ese contexto, algunas fuentes populares, externas a Génova, apuntan a Ayuso «por su alejamiento de la moderación y su proximidad a Vox».

La acusación, aunque no provenga de la dirección nacional, no ha gustado nada en la Puerta del Sol. «Del PP esperábamos aplausos, no críticas. Ayuso hace lo que tiene que hacer un gobernante capaz. Si lo critican, tendrán que examinarse», responden desde el entorno de la presidenta madrileña.

Copas en los distritos

Más allá de estos roces en segunda línea de batalla, algunos de los protagonistas tendrán ocasión de coincidir y escenificar una relación cordial en las próximas semanas, gracias a las fiestas navideñas: llegan las copas de los distritos madrileños, y con ellas varias oportunidades para que Ayuso y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, coincidan y brinden juntos por el futuro del partido. La cena del PP de Madrid, en la que en teoría coincidirían Casado, Ayuso y Almeida, sigue en el aire por la sexta ola del Covid, ya que estarían invitadas unas mil personas, según los populares madrileños, y el temor a un eventual contagio masivo se está imponiendo.