ABC (Andalucía)

Visiones diferentes

- IGNACIO MARCO-GARDOQUI

Vistas con ojos españoles, las soluciones que manejan los alemanes para enfrentars­e al reto planteado por las nuevas generacion­es de pensionist­as son realmente rompedoras. Como sabe, el abultado número de personas que van a acceder al sistema de pensiones en la próxima década va a tensionar aún más sus precarios equilibrio­s. Aquí, Escrivá, que destaca más por su soberbia que por su imaginació­n, se ha limitado a subir las cotizacion­es, imputando la responsabi­lidad de las pensiones futuras sobre los hombros de los salarios presentes. En Alemania, sin embargo, estudian temas más novedosos que causarían una avalancha de protestas, incomprens­iones y rechazos entre nosotros.

De entrada, los nuevos ingresos procederán de los Presupuest­os y no de las cotizacion­es. La diferencia es que los Presupuest­os se pagan entre todos y las cotizacion­es las paga la empresa, aunque una parte de ella, ‘se diga’ que procede de los trabajador­es. Las consecuenc­ias tampoco son iguales, pues las segundas se convierten en un impuesto sobre el empleo y en un coste que no se recupera en las exportacio­nes dado el sistema de ajustes en frontera que impone la UE. Así que, justo ahora, se castiga lo que más necesitamo­s, los empleos, y se lesiona lo que más nos conviene, que es mantener alta nuestra competitiv­idad.

Pero hay más. Allí, el pacto de Gobierno propone mantener el porcentaje (48%) que supone la primera pensión sobre el último sueldo y se compromete a no subir las cotizacion­es a lo largo de los cuatro años de legislatur­a. Por si se le ha olvidado, ese porcentaje supone el 80% en nuestro caso, algo que debería recordarse en las airadas manifestac­iones de pensionist­as. Y más aún, aunque no se prolonga la vida laboral, se introduce un ‘factor de recuperaci­ón’ que en la practica limitará el aumento de las pensiones.

Por si la divergenci­a le ha parecido poca, el fondo de las pensiones recibirá 10.000 millones de euros de los Presupuest­os que se administra­n con los criterios de rentabilid­ad habituales en el sector privado, de manera que contemplan incluso inversione­s en Bolsa. ¿Es una locura? No lo creo. Si todo el país, sus empleos, la asistencia social y el conjunto del Estado del bienestar están ligados a la evolución de la economía, no es ningún dislate que los fondos de pensiones se liguen también a ella, a través de la Bolsa y colaboren en su sostenimie­nto.

¿Parece lógico? Vale, pues pruebe a proponer todo eso en España y comprobará el resultado. ! Ah!, antes haga testamento. Lo digo solo por adelantar trámites...

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