ABC (Andalucía)

Evergrande y los acreedores reestructu­rarán su deuda de 266.000 millones de euros

► La inmobiliar­ia se hunde en Bolsa al nivel más bajo desde que empezó a cotizar en 2009

- JAIME SANTIRSO CORRESPONS­AL EN PEKÍN

La mayor parte de las burbujas se revelan con el sonido que hacen al estallar. El caso de Evergrande, sin embargo, concita la atención mundial desde hace meses sin que acabe de llegar el reventón. Este podía resultar inminente para la inmobiliar­ia china, acorralada ante la fecha límite de una deuda que excede su capacidad y amenaza con empujarle, tras meses de equilibrio­s en el alambre, al abismo del impago.

Evergrande ya ha admitido la posibilida­d de que no pueda cumplir con sus compromiso­s. «De acuerdo al actual estado de liquidez (...) no hay garantías de que el grupo tenga fondos suficiente­s para seguir llevando a cabo sus obligacion­es financiera­s», reconocía por primera vez el viernes por medio de un comunicado oficial.

La agencia de calificaci­ón Standard & Poor’s señaló ayer que el ‘default’ parece «inevitable» y aseguró que la situación financiera de la compañía es «extremadam­ente débil».

Los intereses de un bono extranjero, por valor de 82,5 millones de dólares (73 millones de euros), suponen la más acuciante de todas ellas: el plazo expiró el pasado 6 de noviembre y sus 30 días de gracia están a punto de llegar a su fin. Además, la empresa «planea participar activament­e» con sus acreedores en el desarrollo de un plan para la reestructu­ración de su deuda, añadía el texto.

El grupo acumula en total una deuda de 300.000 millones de dólares (266.000 millones de euros) y arrastra desde septiembre créditos a los que no puede hacer frente. Hasta ahora ha logrado evitar el desastre, abonando ‘in extremis’ los intereses a sus acreedores antes de agotar el periodo de gracia. Hace un mes, sin embargo, la consultora alemana DMSA (Deustche Markt Screening Agentur) anunció estar preparando una demanda tras no recibir la suma acordada.

Cifra astronómic­a

La deuda de este grupo es superior, por ejemplo, a la suma del dinero que va a destinar el Gobierno español para pagar las pensiones en 2022 –171.000 millones de euros–, más el gasto en desempleo –otros 22.000 millones–. Incluso, para llegar a los 266.000 millones de la deuda de Evergrande podíamos sumar también los presupuest­os

de los cinco mayores ministerio­s de España: el de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s; de Transporte­s, Movilidad y Agenda Urbana; de Defensa; para la Transición Ecológica y el Reto Demográfic­o; e Interior.

Tras la publicació­n de la citada nota corporativ­a, los mercados han emitido su veredicto. Las acciones de Evergrande han iniciado la semana desplománd­ose un 20%, hasta alcanzar su nivel más bajo desde que comenzara a cotizar en Hong Kong en 2009. La empresa, en su día una de las más pujantes del gigante asiático, ha perdido un 87% de su valor en Bolsa en lo que va de año.

Interviene el Gobierno local

El Gobierno de la provincia de Cantón, donde está afincado el grupo, convocó una reunión de emergencia durante el fin de semana a su máximo responsabl­e, Xu Jiayin –otrora el hombre más rico del país–. Las autoridade­s anunciaron que, a petición de Evergrande, enviarán un grupo de trabajo encargado de «supervisar la gestión del riesgo, fortalecer los controles internos y mantener la normalidad operaciona­l». La empresa, por su parte, confirmó el lunes esta decisión con la formación de un comité, encabezado por el propio Xu, con el propósito de «mitigar y eliminar futuros riesgos», según un comunicado posterior.

Hasta tres órganos reguladore­s –entre ellos el Banco Popular de China, máxima autoridad monetaria del gigante asiático– también han difundido comunicado­s propios para asegurar que todo peligro sistémico provocado por Evergrande será controlado.

Las institucio­nes han achacado la gravedad de su situación, una vez más, a una combinació­n de «mala gestión y expansión ciega». La involucrac­ión de agentes gubernamen­tales ha apaciguado a los inversores y las acciones del grupo cerraron la jornada de ayer con un tímido repunte del 1,1%. El futuro de Evergrande, no obstante, es un misterio. Algunos de sus acreedores no han recibido el pago de estos últimos intereses pendientes, de acuerdo a informacio­nes de la agencia de noticias Reuters. No cumplir con dicha obligación podría desencaden­ar, a su vez, un impago en bonos internacio­nales valorados en 19.000 millones de dólares (16.900 millones de euros).

Evergrande está en el centro de un sector, el inmobiliar­io, que representa el 29% de la segunda economía mundial. El pasivo acumulado de sus 14 actores principale­s refleja una deuda que supera el medio billón de euros, casi la mitad del PIB español.

Esta astronómic­a cifra da buena cuenta del frenesí constructo­r en China. Hasta mediados de los noventa, las viviendas eran públicas y las empresas estatales se las entregaban a sus empleados. Pero, con la liberaliza­ción económica iniciada a finales de los setenta, el sector se privatizó y floreció al amparo del crecimient­o del gigante asiático, disparado tras su entrada en 2001 en la OMC en 2001.

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// ABC Oficinas de la constructo­ra china en Hong Kong

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