El descontento social se cuela en el bombo de la Lotería de Navidad
▶ Los loteros convocan protestas frente al Teatro Real y estudian los cierres de locales justo después del sorteo ∑Las comisiones del gremio llevan congeladas casi dos décadas pese a los millonarios beneficios de Loterías
El próximo día 22 de este mes el Teatro Real vivirá un nuevo sorteo de la tradicional Lotería de Navidad. El bombo dictará suerte; los niños de San Ildefonso revelarán los agraciados. Una postal navideña que contrastará con la realidad vivida en las puertas del teatro, donde decenas de loteros protestarán justo ese día y a esa hora para exigir una mejora en sus condiciones laborales.
La movilización (la enésima convocada para estas Navidades) ha sido organizada por la asociación Loteros en Lucha que, aunque se creó hace apenas unos meses, ya ha dado muestras de su fuerza: en septiembre congregó a 3.000 loteros en Madrid. En esta ocasión no solo amenaza el día más importante del año para la profesión, sino que también amaga con impulsar cierres durante las siguientes jornadas para colapsar el cobro de los premios de la Lotería de Navidad.
«Es todavía una opción, queremos contar con el apoyo de la mayoría del gremio antes de llevar a cabo una acción de este tipo», explica a este periódico el portavoz –y cara visible– de la asociación, Joaquín Monroy. El lotero explica que han convocado una encuesta en su página web para decidir las próximas acciones y por el momento «el 70% de los votantes apoyan los cierres».
La medida provocaría un colapso en el cobro de estos décimos. Los días posteriores al sorteo de Navidad suelen ser frenéticos, porque aunque los premiados tienen hasta tres meses para recibir sus premios suelen intentar cobrarlos apenas unas horas después del sorteo. Mornoy puntualiza que el roto no solo afectaría a los jugadores: «Los loteros nos quedaríamos también sin cuantiosas comisiones».
Precisamente las comisiones son la clave de todo este conflicto. Los puntos de venta de Lotería se rigen por el régimen de autónomos, pero tienen una relación de carácter mercantil con la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), que les autoriza a vender sus productos a cambio de una comisión. Por cada décimo que venden para el sorteo de Navidad, el juego más popular de este negocio, los loteros se llevan el 4%, es decir 80 céntimos. Unos honorarios que llevan 17 años congelados, pese a la buena marcha económica de la empresa. «Llevamos muchos años con este sistema y no están dispuestos a ceder. Por eso estamos presionando ahora», explica Monroy.
Pero no todos los loteros están de acuerdo con estas acciones. La organización mayoritaria del sector, Anapal, se ha desmarcado de las protestas. Su presidente, Borja Muñiz, explica a ABC que existen negociaciones desde hace meses con Selae para modificar estas comisiones y el gremio está «viendo ahora la luz al final del túnel».
La joya de la corona
«La reivindicación es justa, pero nosotros utilizamos otros caminos. Este tipo de acciones pueden empeorar las cosas y perjudican la confianza que depositan en nosotros los clientes», sostiene Muñiz. Pese a ello, la organización también pide actualizar las comisiones para la Lotería de Navidad, o «al menos que sean las mismas que las utilizadas en la Lotería semanal, del 6%». Según sus cálculos, «con 100 millones de los 1.900 que obtuvo de beneficios Selae en 2019 bastaría para ajustar las comisiones».
Las cuentas de la empresa escuecen al gremio. Selae es, de largo, la compañía pública más rentable de todas. Mientras sociedades como Renfe, Adif, Correos y Aena acumularon cuantiosas pérdidas en 2020, Loterías ganó 1.455 millones ese mismo ejercicio. Y para 2021 se espera un beneficio de 1.639 millones de euros, según se recoge en los Presupuestos del Estado de 2022. Es la joya de la corona de la Administración.
Fuentes de la empresa explican que en 2020 «el coste de comisiones que abonó Selae supuso 540 millones de euros, lo que equivale a un 37,11% del beneficio obtenido». Según sus cálculos, el 80% de las ventas se destinan a los «costes de producción», una amplia categoría en la que se incluyen pago de premios, fabricación y logística. Pese a ello, en la empresa pública aseguran que entienden el cansancio del gremio y destacan que las negociaciones con las organizaciones mayoritarias «van por buen camino». «Ante un problema complejo, estamos ofreciendo y recibiendo propuestas sobre un paquete de medidas. Somos optimistas en cuanto a poder encontrar soluciones», añaden.
Ambas partes reconocen que, si bien el sector arrastraba ya cierto caldo de cultivo, ha sido el coronavirus el que ha detonado la lucha. «Hace algunos años estas protestas habrían sido impensables, pero la gente está ya muy cansada. Algunas administraciones han disparado su deuda y otras han decidido cerrar», destaca el portavoz de Loteros en la Lucha. «En realidad somos como los ‘riders’, te dan la in
fraestructura pero tú te tienes que pagar todos tus gastos», abunda.
«El hartazgo es generalizado tras la pandemia, que ha limitado muchísimo las ventas», responden por su parte desde Anapal. La organización lanza además un mensaje a Selae, a la que advierte de que si no se logran mejoras de aquí a primavera se planteará «otro tipo de acciones». En unos días de tradicional euforia y pingües beneficios, los loteros se echan a la calle para cambiar su suerte.