ABC (Andalucía)

Una inflación cada día más estructura­l y una economía cada vez más rota

- MARÍA JESÚS PÉREZ

El Gobierno gestiona la inflación como un ‘Expediente X’, negando toda evidencia y repitiendo que es coyuntural. Las grandes empresas empiezan a trasladar a los salarios la efervescen­te subida del coste de la vida y dejan en evidencia a un Ejecutivo donde afloran los truhanes con una mano en lo público y un pie en lo privado. Es lo que tiene la coalición SáncheZP

JUAN ROIG ha dejado al Gobierno Frankenste­in, liderado por el simpar Pedro Sánchez, en evidencia. Su conclusión: la inflación ha llegado para quedarse. El precio de los carburante­s, los suministro­s y la cesta de la compra se han disparado. Solo hay que estar vivo para comprobarl­o. Su Mercadona ha dado un paso al frente –y se ha quedado solo, eso sí–, y prepara una subida salarial del 5% para cubrir una inflación descontrol­ada y estructura­l.

El jefe del gigante de la alimentaci­ón no acostumbra a pisar moquetas monclovita­s y no comulga con ruedas de molino, esas que hoy se hartan de pontificar por ahí de que la subida de precios es coyuntural. El Ministerio de Economía teme un efecto cascada en la gran empresa y a los sindicatos se les ve el plumero con un silencio cómplice en detrimento de los trabajador­es. Lo peor, que hay quien se queda en que si se traslada a salarios es estructura­l. Y ¿si no? Pues te mueres de hambre y frío. Eso sí que es estructura­l y definitivo. A más de uno, y de dos, entre ellos yo misma, el Gobierno está gestionand­o la inflación como un ‘Expediente X’, negando toda evidencia y repitiendo que es coyuntural.

Y es que la nave de Sánchez y su Gabinete ‘patchwork’ está fondeada mediante un solo ancla: los subsidios de Europa. Van quemando la legislatur­a como los hermanos Marx quemaban los vagones para alimentar la locomotora. «Más madera» es el único grito que se escucha en La Moncloa para tapar las advertenci­as de los técnicos del Estado que alertan del peligro de mirar la economía con las gafas de cerca y no atender el medio plazo, con un déficit público desbocado y un Banco Central Europeo que empieza a dar los primeros síntomas de agotamient­o en su compra compulsiva de deuda. Y entonces... ¿qué?, se preguntan muchos. «Después de mí, la tempestad», dirá Pedro el Grande, a la sazón presidente del Gobierno de coalición, mientras toca la lira con sus «brujos visitadore­s» limpiando la billetera de un país varado y dependient­e...

Y en esas que esta semana ha sido intensa en noticias. Además de la inflación, que de temporal tiene lo que fue Filomena, hemos conocido la intensa agenda de los ‘Migueles’, Barroso (primer secretario de Estado de Comunicaci­ón con José Luis Rodríguez Zapatero, hoy consejero en el grupo Prisa)y Contreras ( José Miguel, productor televisivo y el otro puntal mediático del zapaterism­o). Ya ven, ha tenido que salir Iván Redondo para que afloraran los tejemaneje­s de la pareja telerín, que solo busca repetir el pelotazo de La Sexta y aumentar así sus posibles. Si antes fue a costa de Televisa y ahora es a cuenta de Vivendi poco importa. ¡A pillar, a pillar, que el mundo se va a acabar! Las cosas están mejorando, por los menos en sus casas. Si usted no puede pagar la luz o no puede coger el coche porque la gasolina está a precio de perfume francés poco importa. Hemos salido más fuertes de la pandemia. ¿Se acuerdan? Y llevaban razón. Han salido más fuertes. ¡Dónde va a parar! Lástima que solo sean unos pocos que, vamos a dejarlo en ‘listillos’, aprovechan­do un consejo de administra­ción o un supuesto Instituto de Ciudadanía Digital le guindan la billetera al sistema democrátic­o. Porque, digo yo, ¿tendrá algo que decir la comisión de gobierno corporativ­o de Prisa de que uno de sus consejeros esté con un pie en lo público y otro en lo privado? Una comisión que desde hace tiempo preside Béatrice de Clermont-Tonnerre. ¿Y la de auditoría, riesgos y cumplimien­to? Lo mismo podría, pero... ¡ah, claro! que esta comisión la preside desde hace unas semanas Teresa Quirós, me chivan buena amiga del mismo consejero en cuestión. Son las ventajas del ‘Gobierno decorativo’.

Está claro además que en el Ejecutivo están mucho más ocupados ya en celebrar el, de momento, batacazo que Ignacio Galán se ha llevado en Estados Unidos –que además culpa directamen­te al juez del caso Villarejo de dejar a una de las empresas líderes españolas, la suya claro, a los pies de los caballos– pues termina de debilitar un tapiz empresaria­l con la cúpula de algún gran banco en tenguereng­ue, el sector turístico tocado hasta la médula, y el gigante Inditex haciéndose un Casado-Ayuso entre Isla y Ortega y con los titulares sobre la multimillo­naria indemnizac­ión del todavía presidente, que superaría los 80 millones de euros. Ya tienen bastante combustibl­e los socios podemitas de Sánchez para recordar lo «inmoral» de semejante millonada en un país en crisis. Sobre todo, si no se la llevan ellos. Definitiva­mente, nos están rompiendo la economía. Todo sea que al final sea España. Es lo que tiene la coalición SáncheZP.

Ustedes verán.

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// ABC Barroso y Contreras, debajo, conocidos como los Migueles
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