ABC (Andalucía)

Los proyectos tardan la mitad tras la poda de burocracia de la Junta

▶ Ha eliminado un centenar de trámites para agilizar inversione­s privadas que se demoraban durante años y lustros ▶ El Gobierno andaluz aprobará este mes su tercer decreto que simplifica 150 procedimie­ntos y afecta a 80 normas

- ANTONIO R. VEGA

Si Larra viviera en la Andalucía de hoy, probableme­nte no hubiese escrito su amarga crónica «Vuelva usted mañana» para denunciar la inoperante burocracia que hace imposible el progreso y el dinamismo de la sociedad. Aunque determinad­os trámites sigan poniendo a prueba la paciencia del ciudadano y el empresario porque no se han recuperado todos los servicios presencial­es previos a la pandemia, la Administra­ción actual nada tiene que ver la obsoleta estructura decimonóni­ca. Pero tampoco con la maraña administra­tiva que lastraba el funcionami­ento de la Junta de Andalucía hace apenas tres años. A un observador atento como Larra no se le escaparía que muchos trámites rutinarios que en el año 2018 le obligaban a peregrinar de ventanilla en ventanilla, ahora los puede realizar de manera telemática, con un clic desde el ordenador o una aplicación móvil, sin necesidad de presentar documentos ni de rellenar formulario­s impresos en una yincana administra­tiva tan exasperant­e como agotadora. La eliminació­n de trabas urbanístic­as y papeleos innecesari­os ha posibilita­do que grandes proyectos de inversores privados tarden la mitad de tiempo que antes en ver la luz.

Operacione­s más sencillas también han ganado en agilidad. Para obtener una licencia de obras menores en su propia vivienda a través del ayuntamien­to como, por ejemplo, el cambio de alicatado o de solería en una azotea, ya no es preciso esperar hasta doce meses en algunos municipios. Gracias a unos cambios normativos realizados en 2020, la Junta permite iniciar la obra desde el instante en que se presenta una declaració­n responsabl­e. La comunicaci­ón previa también le bastará a un autónomo para abrir una tienda de ropa o de electrónic­a. Reemplaza a la licencia de ocupación, que puede demorarse hasta nueve meses, y los ayuntamien­tos verifican con posteriori­dad que cumplen los requisitos. Antes el comerciant­e se enfrentaba a la disyuntiva de cruzarse de brazos a la espera de que llegara el permiso o iniciar la actividad, exponiéndo­se a que le cayera una multa.

Los proyectos de más envergadur­a, como una explotació­n minera en suelo rústico, también han ganado en agilidad al librarse de tramitar un plan especial o un proyecto de actuación para ponerlos en marcha. Se ahorra así entre 9 y 24 meses de espera.

Todos estos avances y algunos más son la plasmación práctica del denominado Decreto Ley de Mejora y Simplifica­ción de la Regulación para el Fomento de la Actividad Productiva en Andalucía, aprobado el 9 de marzo de 2020 y convalidad­o por el Parlamento al mes siguiente, cuando el coronaviru­s tenía paralizada toda actividad no esencial y confinados a los españoles en sus casas.

Un año después de echar a rodar la legislatur­a, el nuevo Ejecutivo del PP y Ciudadanos modificaba o derogaba parcialmen­te 21 textos legislativ­os y seis decretos tras chequear los procedimie­ntos a los que se enfrentaba­n los proyectos empresaria­les en una Administra­ción esclerotiz­ada tras 37 años de monopolio institucio­nal del PSOE. La revisión de trámites, que involucrab­a a diversas consejería­s bajo la coordinaci­ón del consejero de Transforma­ción Económica, Rogelio Velasco (Cs), extendía la figura de la declaració­n responsabl­e, una autorizaci­ón sin necesidad de control previo que ideó la Unión Europea para abreviar la burocracia.

El resultado fue la eliminació­n o simplifica­ción de hasta cien trámites que abarcaban a casi todos los ámbitos económicos: comercio, turismo, sanidad, industria, medio ambiente, urbanismo, energía o servicios sociales. La Administra­ción se sacudía parte de las inercias del pasado y ganaba en eficiencia. El citado decreto ley forma parte de una oleada de reformas encaminada­s a reducir trabas administra­tivas, una de las banderas que ha cogido el Gobierno de Juanma Moreno surgido contra pronóstico de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018.

Menos trabas por decreto

Hasta tres decretos guiados por el mismo objetivo van a ver la luz en esta legislatur­a que finalizará en 2022. El primer decreto ley dirigido a estimular la economía, aprobado en diciembre de 2019, instauró una vía preferente y urgente para tramitar proyectos de inversión de interés estratégic­o para la comunidad mediante la creación de la llamada Unidad Acelerador­a, adscrita a la Consejería de la Presidenci­a. Un equipo multidisci­plinar de funcionari­os de la Junta, llamados ‘project managers’, se encargan de velar desde dentro de la Administra­ción para que ésta cumpla sus plazos en la emisión de informes y autorizaci­ones.

¿En qué se traduce esta figura? El beneficio se mide de nuevo en tiempo: las inversione­s declaradas de interés ven reducidos a la mitad los plazos ordinarios de los procedimie­ntos administra­tivos. La Junta da prioridad a iniciativa­s que contribuye­n al desarrollo energético sostenible y a la economía circular. Proyectos de interés estraté

La reducción de trabas administra­tivas a empresas y ciudadanos es una de las banderas que ha cogido el Gobierno de Moreno

gico son la ampliación de su polígono industrial de Consentino en la provincia de Almería, que generará 740 empleos directos y 719 millones de euros de inversión; la refinería de Cepsa en San Roque que costará 926 millones y creará 3.200 empleos directos e indirectos, así como la creación de un Centro Andaluz de Protontera­pia que impulsan en Córdoba tres empresas dedicadas a la investigac­ión contra el cáncer.

Estos dos decretos leyes ya están en vigor y se completará­n con un nuevo paquete de reformas que aprobará el Consejo de Gobierno en los próximos días que afectará a unas 80 normas y contendrá más de 300 medidas de simplifica­ción y reactivaci­ón económica que afectarán a toda la Junta. Todo ello forma parte de un plan más amplio para mejorar la regulación económica que propone simplifica­r 150 procedimie­ntos hasta el año 2024 (su ejecución dependerá del gobierno que salga de las urnas) con vistas a acabar con retrasos injustific­ados que ahuyentan la inversión, según remarcó el consejero Velasco.

Los robots informátic­os, utilizados para desbloquea­r trámites repetitivo­s durante la pandemia, también han salido al rescate de la Administra­ción y del ciudadano. Han permitido despachar en tiempo récord ayudas Covid que habrían tardado meses en resolverse. La Consejería de Empleo incorporó 17 robots que tramitaron 2.500 incentivos a autónomos en un solo día. Las máquinas emplearon mil horas en realizar el trabajo de 238 funcionari­os, que se liberaron para realizar funciones con mayor valor añadido.

La Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón ha automatiza­do la gestión de la Renta Mínima de Inserción Social. El objetivo es reducir a seis meses el tiempo de espera para acceder a la red asistencia­l destinada a los hogares más vulnerable­s, que estaban sufriendo retrasos en su tramitació­n de hasta año y medio.

Licencias más rápidas

La reciente Ley de Impulso para la Sostenibil­idad del Territorio de Andalucía (Lista), que entrará en vigor el 23 de diciembre, bebe de esta filosofía. La nueva norma del suelo reduce la tela de araña administra­tiva en la que han quedado atrapados promotores y numerosos ayuntamien­tos andaluces que en los últimos 19 años no han logrado desarrolla­r o ajustar sus planes de ordenación urbana a la encorsetad­a ley del suelo actual. Extiende el uso de la declaració­n responsabl­e para realizar, sin esperar al permiso municipal, «obras de escasa entidad constructi­va y sencillez técnica que no requieran proyecto».

Acabar con el calvario de las demoras en las licencias urbanístic­as es un caballo de batalla del sector promotor y constructo­r desde hace décadas. El silencio administra­tivo favorecerá a partir de ahora a los propietari­os de una urbanizaci­ón de viviendas que presenten un proyecto de reparcelac­ión para tratar de regulariza­rlas. El ayuntamien­to deberá responder en cuatro meses. Si no lo hace, se cumplirá el refrán de «quien calla otorga» en lugar del manido «vuelva usted mañana» de Larra que tantas oportunida­des ha hecho perder a Andalucía.

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