Teletrabajo
Uno de los mantras que se han instalado en el mercado como consecuencia de la pesadilla que nos ha tocado vivir en los últimos meses ha sido que no vamos a volver a trabajar de la misma forma que antes. El teletrabajo ha venido para quedarse y los grandes perjudicados son las oficinas –sus dueños, se entiende–. Se van a necesitar muchos menos metros cuadrados por compañía ya que la presencialidad va a ser algo testimonial. Los profesores, médicos, policías, camareros, locutores de radio, peluqueros y los fisioterapeutas van a tener que seguir yendo a sus puestos de trabajo, pero los que hacen trabajo de oficina son una especie distinta que lo van a poder desempeñar desde casa sin que haya ningún tipo de merma en su productividad en aras a una mal entendida flexibilidad.
Si no nos dejamos llevar por la corriente y damos una vuelta al planteamiento anterior vemos que hace aguas por todas partes. Los trabajos que se pueden desempeñar a distancia sin interrelacionarse ni con los compañeros ni los clientes son los menos y no solo se pueden cubrir desde casa, sino que probablemente puedan reemplazarse por trabajadores de cualificaciones parecidas en países mucho más baratos. Yo, si estuviera en uno de esos grupos, me preocuparía a no ser que no te importe irte a (tele)trabajar a, por ejemplo, Colombia por bastante menos de lo que ganas en España.
Las distintas alternativas a ir menos días a la oficina o no tener un puesto fijo que también se esgrimen para amenazar al futuro de las oficinas como centros de trabajo tampoco están del todo claras una vez que hayamos superado el buenísimo que nos
tiene últimamente adocenados. La semana que uno se entere que ha promocionado a ese bicho raro que optó por seguir viniendo todos los días a la oficina, coincidiendo con el jefe en la máquina de café, quizás nos replanteemos si nuestra opción de los miércoles no aparecer fue una buena idea.
Probablemente, lo que termine pasando sea que las nuevas formas de trabajar se parezcan mucho a las antiguas y que como lo de ir a la oficina tiene sentido lo que queremos es estar algo más cómodos con más metros cuadrados por cada cuello blanco. Tampoco vamos a tardar mucho en ver qué pasa con la enésima profecía.