ABC (Andalucía)

Verstappen se corona al modo épico

Destrona a Lewis Hamilton con un adelantami­ento en una última vuelta inolvidabl­e que cierra el Mundial más igualado de las últimas décadas

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

Fue épico. Un término que se usa como recurso fácil, pero que hoy describe el desenlace de la Fórmula 1. Hamilton no quiere salir del Mercedes, ni quitarse el casco ni ver lo que sucede en el mundo exterior. Ha perdido el título en la última vuelta, de manera impensable, a la heroica para Max Verstappen, que celebra su primer campeonato de imprevisto, después de tenerlo todo perdido, de estar casi fuera de la carrera. Un coche de seguridad, unas ruedas nuevas y una estrategia de riesgo de Red Bull le entregan el título en Abu Dabi. Un adelantami­ento en la última vuelta de un Mundial con dos pilotos igualados a puntos, igualados a todo. Inolvidabl­e. También el podio para Carlos Sainz. Fernando Alonso, que salía undécimo, terminó octavo, de nuevo en los puntos.

Hamilton sale del coche al fin, se abraza a su padre, tapa las lágrimas y la ira de su jefe Toto Wolff, se enfrenta a los micrófonos y da una lección a Verstappen. «Felicito a Max y a su equipo, han hecho un trabajo increíble», son sus primeras palabras. Verstappen, que se marchó del podio en Arabia Saudí sin saludar a su rival, ayer sí recibe feliz los cumplidos. «Lewis es un enorme piloto y un gran competidor. Todos queremos ganar y la gente ha disfrutado». A Mercedes no le vale y quiere ganar en los despachos. Reclama por el protocolo de arrancada del coche de seguridad y por un centímetro que adelantó Verstappen a Hamilton en ese periodo. Mal perder.

La tarde-noche alberga todos los condimento­s que elevaron a este deporte a una dimensión desconocid­a en España. Es el epílogo de aquella tarde desdichada en Interlagos, con Alonso y Hamilton en pugna personal que termina con el título en manos de Raikkonen. O aquel episodio en Yas Marina 2010, con Alonso favorito en la última carrera que concluye con el campeonato para Vettel. En Abu Dabi, once años después, no hay otra alternativ­a. O Verstappen o Hamilton, quien acabe delante, gana.

Los puntos calientes se suceden como puertos en una etapa del Tour. Verstappen sale horrible, no acierta con las levas, el embrague, con la tensión y asume un segundo puesto ante Hamilton después de preparar la carrera en ese lance. Ruedas rojas, las rápidas, estrategia agresiva, liderar y poner nervioso a su adversario.

Hamilton manda en la primera vuelta, pero Verstappen no se resigna. Es ahora o nunca porque el Mercedes ha demostrado más ritmo a la larga. Se lanza el holandés como una fiera en la curva, gana el interior, empuja a Hamilton fuera de la pista y hace la siguiente curva. Hamilton se va fuera, acorta por el exterior y sigue líder. Los comisarios deciden que no hay investigac­ión y que Verstappen forzó a su enemigo al exterior.

La carrera y el Mundial parecen sentenciad­os porque Hamilton se va y agrupa segundos de ventaja. Pero el inglés se encuentra con Checo Pérez, que no ha parado y descubre a un piloto con mayúsculas que le complica la vida. La pelea del mexicano, su orgullo competitiv­o ante Hamilton, acerca a Verstappen, que estaba a ocho segundos y se aproxima a 1,5.

«Checo es una leyenda», aplaude por radio Verstappen. «Un animal», ratifica su ingeniero. Hamilton vuelve a marcharse, siempre eficaz con las duras, más rápido el Mercedes desde el GP de Brasil. No falla, tiene el cuajo de los líderes veteranos. Un nuevo obstáculo se convierte en oportunida­d. Coche de seguridad virtual por retirada del Alfa Romeo de Giovinazzi (Raikkonen ya se ha marchado de la F1, abandono en su última carrera).

Red Bull arriesga, como siempre. Cambia ruedas Verstappen con el VSC

y Hamilton duda. «¿No hemos arriesgado mucho al quedarnos fuera?, pregunta a su ingeniero ante la cadena de vueltas rápidas del holandés, que recorta cuatro segundos en seis vueltas.

La respuesta es positiva para el británico, porque las ruedas nuevas del neerlandés no son suficiente­s para aproximars­e. Hamilton no calla por la radio, quiere saber cada detalle antes de afrontar la degradació­n de las ruedas en los últimos giros y secarse el sudor de la frente.

Cambia todo con un accidente de Latifi, que invoca al coche de seguridad. Red Bull arriesga, pone ruedas rojas y rápidas a Verstappen en espera de que se limpie pronto la pista. Sucede en la última vuelta, se marcha el coche de seguridad, Hamilton con ruedas viejas y duras defiende su posición. Y no lo consigue. Verstappen cierra un Mundial increíble con un epílogo épico. Adelanta a Hamilton y se marcha en menos de tres kilómetros hacia la victoria y su primer título. Un final para el recuerdo, tan bello como el deporte.

Estupenda carrera de Carlos Sainz en el podio, detrás de los dos monstruos. Magnífico el español, que apuró sus posibilida­des saliendo quinto.

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// EP Max Verstappen celebra su primer campeonato del mundo
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