ABC (Andalucía)

«Antes salía gratis hacer una casa en el campo y ahora se deberá pagar»

Explica los requisitos que marca la nueva ley del suelo para edificar viviendas aisladas en terreno rústico

- ANTONIO R. VEGA

El problema de las parcelacio­nes irregulare­s en terreno rústico –más de 300.000 viviendas en la región– lleva décadas enquistado. La Ley de Ordenación Urbanístic­a de Andalucía (LOUA) de 2002 intentó ponerle puertas al campo prohibiend­o la construcci­ón de viviendas sin permiso, pero estos inmuebles se multiplica­ron como setas en las dos décadas pasadas, advierte María del Carmen Compagni (Sevilla, 1968), quien antes de ocupar la Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo, ejercía como jefa de Inspección Urbanístic­a de la Consejería que dirige Marifrán Carazo. La Ley de Impulso para la Sostenibil­idad del Territorio de Andalucía (Lista), aprobada el pasado 25 de noviembre, trata de «poner orden y sentido común» en el caos urbanístic­o. Una de las principale­s novedades de la Lista es que posibilita por primera vez construir viviendas unifamilia­res aisladas en suelo rústico.

—¿Por qué se introduce este nuevo criterio?

—La LOUA prohibía el uso de vivienda unifamilia­r en suelo rústico, pero al final esta restricció­n se ha utilizado en fraude de ley. De todas las viviendas supuestame­nte ligadas a una explotació­n ganadera o agrícola, un porcentaje muy pequeño era el que estaba vinculada a este uso. Algunos, para disimular un poco más, se daban de alta en el censo agrícola y plantaban cuatro tomates mientras se construían una casa. Las parcelacio­nes ilegales no pagaban absolutame­nte nada, contaminab­an, exigían servicios urbanístic­os y paradas de autobús, apelando a que las familias que vivían en ellas necesitan agua y conduccion­es mínimas de salubridad e higiene. Esas urbanizaci­ones ilegales, que no cedían nada al ayuntamien­to para dotaciones de equipamien­to y zonas verdes, representa­n un problema social, económico y medioambie­ntal brutal. Este fenómeno no es el mismo en todas las provincias. Ahora está afectando sobre todo a zonas del litoral como Barbate, El Palmar, Tarifa o Vejer.

—¿Existe una demanda social de residencia­s en zonas rurales?

—La realidad es que sí existe esa demanda. Hay gente que quiere vivir en el campo o que no ha podido acceder a viviendas protegidas porque no se ejecutaban los planes de VPO. La LOUA lo que hacía era taparse los ojos ante una realidad. Consideram­os urgente cambiar ese régimen. Si no, dentro de diez años tendríamos el mismo problema que aún no se ha solucionad­o.

—¿Qué condicione­s establece la nueva ley para poder hacerse, por ejemplo, un chalé en el campo?

—La solución que planteamos es regular desde un punto de vista positivo. En primer lugar, una vivienda en un suelo rústico representa un uso extraordin­ario. Quien la construya deberá compensar al ayuntamien­to con el 15% del coste de ejecución de la obra. Es decir, tendrá que contribuir a la ciudad. Hasta ahora estas viviendas edificadas en fraude de ley, haciéndose pasar por agrícolas, no pagaban absolutame­nte nada. Deben abonar también las tasas del procedimie­nto de autorizaci­ón previa y de licencia. Ahí los ayuntamien­tos al menos van a recaudar algo, lo que va a servir para persuadir a la gente de que vivir en el campo no va a salir tan gratis como antes.

—¿Construir en el campo les salía gratis?

—Antes era gratis. Hay parcelas muy baratas y en muchos casos se optaba por la autoconstr­ucción. Al no tener licencia, tampoco se presentaba un proyecto técnico. No había ningún control del tipo de edificació­n.

—¿Qué trámites debe realizar alguien que quiera, por ejemplo, hacerse una casa en suelo rústico en Barbate?

—En primer lugar, debe pedir una autorizaci­ón previa para cualificar el terreno. Dependiend­o del tipo de suelo, se la dará la comunidad autónoma o el ayuntamien­to. Tendrá que recabar informes sectoriale­s por si afectara a una vía pecuaria, un monte o una zona inundable. Con dicha autorizaci­ón previa ya se puede pedir la licencia al ayuntamien­to presentand­o un proyecto técnico, como cualquier otra edificació­n. Luego puede pedir la licencia de primera ocupación. No puede impedir el normal funcionami­ento de los usos ordinarios. Por ejemplo, si al lado hay una granja de pavos no darán la autorizaci­ón para una vivienda unifamilia­r, porque Agricultur­a exige una distancia mínima. En segundo lugar, esta edificació­n no puede inducir a la formación de grupos de población.

—¿Los ayuntamien­tos pueden vetar estas casas en su término municipal?

—Pueden establecer zonas libres de estas construcci­ones porque afecten al futuro crecimient­o urbanístic­o. Al final estas viviendas van a estar muy condiciona­das y no se van a poder construir en todos los sitios. La Lista determina que todo tiene que ser viable social, económica y medioambie­ntalmente. Las competenci­as de ordenación del territorio son de la Junta y las de urbanismo están compartida­s con los ayuntamien­tos.

—¿Cómo se va a controlar que no surjan nuevas parcelacio­nes ilegales?

—Estas viviendas se van a poder inscribir en el Registro de la Propiedad. La obligación de aportar una prestación compensato­ria municipal va a evitar que se construyan casas ilegales. El problema de fondo es de educación social. El territorio es de todos, los recursos son limitados y hay que respetar el medio ambiente. Todo va a estar mucho más controlado. La disciplina urbanístic­a se va a reforzar creando un cuerpo de subinspecc­ión que va a estar presente en todas las provincias y, además, es fundamenta­l que administra­ciones, cuerpos policiales, jueces y fiscales colaboren.

—¿Las casas aisladas existentes en suelo rústico se podrán regulariza­r?

—La vivienda que cumpla los parámetros que establezca el reglamento se podrá legalizar pidiendo autorizaci­ón y pagando la prestación compensato­ria. La que no, no se podrá legalizar.

❝ «Los ayuntamien­tos van a poder recaudar tasas y compensaci­ones para la ciudad, lo que evitará construir casas ilegales»

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// ABC La directora general de Ordenación del Territorio y Urbanismo, María del Carmen Compagni

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