Canet de Mal
La inmersión era esto. El ‘polaco’ con sangre entra
EN las cercanías del colegio de Canet se juntó lo mejor. Los orcos de Rufián allí, haciendo sororidad después de acosar a una criatura; en Cataluña no rige la Constitución ni los Derechos del Niño, sino un nazismo que, ya ha contado este periódico, no lo va a frenar la mamandurria de la Alta Inspección, que ni es alta ni inspecciona. Todos esos orcos, hagamos memoria, fueron criados por la teta de Pujol, Arzalluz mediterráneo, cuando el ‘honorapla’ subía con su prole de mangantes a la Cruz del Aneto, al final del arcoíris, donde su cofre de monedas y tal. A Arzalluz –que Dios guarde– y al otro le rentaron bien las nueces, porque sus cortijos están bien regados y los nogales crecen lozanos a izquierda y derecha.
Digo que en Cataluña murió el 78 hace tiempo, y los padres de los que quemaron la Vía Layetana van ya sin mascarillas a hacer república acosando a un niño, lo más sagrado excepto para esta gallofa de ‘tietas’ y sobrinos que se ponen cachond@s en manifestaciones con o sin antorchas, noches de cristales rotos casi siempre. Da vergüenza lo de la Alta Inspección entre la nada y el vacío militante, puro sanchismo, pero también que el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, dijera que aún no se conoce lo suficiente: la duda cartesiana en un exjesuita con veleidades de metafísico, ése que siempre está para templar lo inconcebible con perjuicio para sus arterias. Y ‘lo suficiente’ es un niño y su huida a Egipto: una sensación de que esto son los Balcanes y se naturaliza el acoso o el secuestro de niños, en Canet y en Maracena, donde Juana.
Ya esto no hay quien lo pare, y se veía venir. Se normaliza la muerte del castellano y el apaleo de un niño en una plaza del Prepirineo catalán, porque el terrorismo lingüístico impone estas prácticas y todo lo demás son burbujas de la extrema derecha, que es el argumentarlo docto de Gabriel Rufián, antes citado, en tanto que el consejero de Educación es un pobre Diablo y Junqueras va por la ‘republiqueta’ hacia Dios.
Al final hemos sabido que la inmersión era esto: que el ‘polaco’.cat entre con sangre.