Hammurabi y Rufián
Al final, la nueva política es prebabilónica
Ya vamos para cuatro mil años desde que el Código de Hammurabi estableció la necesidad de aportar pruebas si quieres acusar a alguien de un delito. El tal Hammurabbi, que fue el sexto rey de la primera dinastía de Babilonia, hizo así una aportación jurídica que llega hasta nuestros días, la presunción de inocencia, aunque algunos de nuestros más ilustres políticos aún no se hayan enterado. Esa fue la contribución de Hammurabi a la civilización, aunque cuidado, que en aquel entonces la cosa iba mezclada con el ojo por ojo: el que acuse a un tercero de homicidio y no sea capaz de probarlo será condenado a muerte. Como para pensárselo un par de veces.
Transcurridos cuatro milenios, en nuestra clase política hay una fiebre por condenar sin esperar al juez, una fiebre que alcanza a toda la izquierda populista y al pedrosanchismo, y que incluso salpicó al Ciudadanos verdadero de Albert Rivera. En los años de la nueva política, ya difunta, tal fue el entusiasmo por la ejemplaridad, que a nuestros políticos se les resbaló lo bueno de Hammurabi. Al final, la nueva política fue prebabilónica.
Aun hoy, el abanderado de la condena prejudicial es Gabriel Rufián. Su vida política adquiere sentido en las comisiones de investigación sobre escándalos que salpican al PP. Sesiones como la de ayer, con Mariano Rajoy respondiendo a sus preguntas sobre el caso Kitchen, son su día grande: simpaticón, atildado y prehammurabi. El problema es que esas chácharas con Aznar hablando de Gürtel o con Rajoy hablando de Kitchen, siendo muy entretenidas no sirven para aclarar nada de dos escándalos mayúsculos. Las comisiones de investigación parlamentarias deben ser convocadas a su debido tiempo y nunca mientras el caso está siendo investigado en los tribunales. De ser así, el declarante que está imputado puede acogerse a su derecho a no declarar y el declarante que no está imputado se ve zarandeado por los intereses partidistas. Es decir: circo mediático y nulos avances en la investigación.
¿Qué habría pasado si Rufián hubiera nacido en los tiempos de Hammurabi? Ahora estaría entre rejas por acusar sin pruebas. Rufián y los demás rufianes. Bendita civilización. O no.