Hasta aquí, o más allá
El expresidente del Gobierno cierra las comparecencias de la comisión Kitchen
Sostenida sobre una licencia jurídica que más tarde desautorizó el Tribunal Supremo, aquella farsa que fue la moción de censura de Pedro Sánchez –regeneración o degeneración democrática– se sirve ahora en formato de entremés, con el mismo cuadro de actores de la superproducción original y en una sala secundaria del Congreso, más íntima. Microteatro. El argumento es el mismo, la todavía presunta caja B del PP, y es recitado a varias voces para que con el tiempo no pierda su condición de dogma de progreso, pregonado de forma machacona como una verdad que prevalece sobre cualquier sentencia judicial y que se instala en lo que una diputada de Podemos denomina ya «el imaginario». Autor de aquel «hasta aquí hemos llegado» que espetó a Pedro Sánchez en un debate electoral, ensayo general de lo que estaba por venir, Mariano Rajoy fue ayer el último invitado a una sesión de linchamientos revestida de comisión parlamentaria de investigación. Cada uno con su tono, los socios de la moción de censura repiten sus acusaciones y van del prejuicio al posjuicio, que tiene más delito. El fundacional «hasta aquí hemos llegado» de 2015 se reconvierte en 2021 en «le agradecería que se comportara», «le ruego que me respete», «usted no puede decir que yo miento», «debería darle vergüenza» o «vengo a decir la verdad y la digo, pero en justa contraprestación podría usted tener un detalle». Es Rajoy el que se queja. Es el regenerador cuadro de actores de la moción de censura el que sale a escena. La obra sigue en cartel. Cultura segura. Nuevas localidades a la venta.