Estudiantes radicales llaman a Leopoldo López «asesino» y «fascista» en la Complutense
El opositor venezolano participó con Yunior García en una mesa redonda en el campus de Ciencias Políticas
Al grito de «fuera fascistas de la universidad» y con una pancarta de algo más de dos metros de largo donde se podía leer «López asesino», unos 30 radicales convocados por la Asamblea de Somosaguas irrumpieron ayer por la tarde en el salón de actos de la Universidad de Ciencias Políticas de la Complutense de Madrid, donde el líder opositor venezolano Leopoldo López iba a mantener una mesa redonda junto al dramaturgo cubano y fundador del Grupo Archipiélago, Yunior García. Ambos viven en Madrid –López desde hace algo mas de un año y García desde el pasado 17 de noviembre– y comparten la condición de exiliados.
«Es que hoy viene un golpista, y eso no se puede permitir», explicó Víctor Ferrer, de la Asamblea de Somosaguas a ABC. «Estamos en contra de que la universidad sea un espacio donde se da voz a gente que ha sido condenada por ayudar a golpes de Estado y ha estado a favor de llamar a la violencia en manifestaciones en Venezuela donde hubo 43 muertos. Estamos en contra de este tipo de gente como Leopoldo
López, que han desestabilizado conscientemente el Gobierno de Venezuela con la única idea de derribar por la fuerza lo que no pueden derribar en las urnas», añadió. Estudiante de primero de Ciencias Políticas, él fue quien lideró la concentración en contra de la mesa de Leopoldo López, una conferencia organizada por otro grupo de estudiantes de la Complutense que forman la Asociación Libertad Sin Ira, que ya el pasado mes de abril se vieron obligados a suspender el acto con el que se iban a dar a conocer en la facultad, al que también iba a asistir el opositor venezolano.
Frente a Ferrer, otro joven que había confirmado su asistencia a la conferencia, reclamaba su derecho a «escuchar una opinión diferente». «La universidad no es vuestra», le espetó. «Habéis venido aquí a hacer actos de comunismo. Lo que os asusta es la libertad y que la gente venga a debatir», le gritó.
Mientras los 30 estudiantes de extrema izquierda entraban casi por la fuerza en el salón de actos –con empujones, acelerones e insultos–, Leopoldo López y Yunior García eran testigos de lo que ocurría desde la sala contigua. Parapetados además con personal de seguridad, en el interior de la sala les acompañaba también la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
Cuando los manifestantes comenzaron a corear otra vez «fuera extrema derecha de la universidad» y «viva la lucha de la clase obrera», se produjo una escalada de tensión, que culminó cuando un joven venezolano alzó la voz y se encaró contra Ferrer: «¡Tú no tienes ni idea de nada! ¡En mi país no se respetan los derechos humanos!». El cabecilla de la manifestación comenzó a caminar hacia atrás, sobre sus propios pasos y salió con todos los demás del salón de actos.
En el interior quedaron los asistentes a la conferencia, que comenzaron a ‘celebrar’ que sus compañeros de universidad se habían marchado con aplausos y repitiendo en voz alta: «¡Libertad! ¡Libertad!».
En ese momento, cuarenta minutos más tarde de lo previsto, Leopoldo López y Yunior García salieron de la sala donde se encontraban y comenzó la mesa redonda, a la que se sumó el nicaragüense Santiago Urbina. Los tres opositores aprovecharon el encuentro para reclamar elecciones democráticas en sus países y afirmaron que los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua «son socios de un proyecto autoritario». Ante un público joven que no llegaría a las 50 personas, tanto López como García pidieron «una vacuna para la intolerancia», porque «una universidad sin debate, no es una universidad».