Los tripulantes del ‘narcosubmarino’ con 3.000 kilos de cocaína admiten su culpabilidad
Lo han reconocido, pero no confesado: se cuidan de no señalar a sus supuestos compinches. Con el ánimo de rebajar los 13 años y medio de cárcel que para ellos reclama la Fiscalía, los tres tripulantes del ‘narcosubmarino’ interceptado con 3.000 kilos de cocaína en la costa de Pontevedra en 2019 admitieron ayer su culpabilidad. Sin embargo, en el juicio, que comenzó en la Audiencia de Pontevedra, evitaron delatar a los otros cuatro procesados. Se negaron a señalar a quienes –según la Fiscalía– los esperaban en tierra coordinando todo el dispositivo para la descarga. Callaron por miedo, según justificaron. Por «temor» a su «vida» y a la de sus familias.
No habían sido sorprendidos ‘in fraganti’ de forma casual: los equipos de las unidades ECO de la Guardia Civil en Galicia habían montado el operativo al recibir una alerta internacional: un semisumergible navegaba por el Atlántico en dirección a las costas gallegas. Los ‘narcos’ querían hundir la embarcación, recoger a los tres tripulantes –un gallego y dos ecuatorianos– en la orilla y recuperar luego los 152 fardos con tres mil kilos de cocaína. Sus planes no llegaron a buen puerto.
Los traficantes estaban en tierra, según la Fiscalía, en contacto con el gallego a bordo. Habían hecho gestiones de intendencia para conseguir un barco, un furgón, y hasta ropas de aguas y comida energética para el rescate de los tres tripulantes. Los investigadores estaban preparados y el despiste del individuo encargado de llevarle las ropas a los embarcados facilitó el operativo: las luces de su furgón alumbraban hacia el mar, y fue así como les sorprendieron saliendo del agua. Los dos ecuatorianos fueron detenidos ‘in situ’; el gallego logró escabullirse y fue cazado días después.
La Fiscalía reclama la misma pena, de 13 años y medio de cárcel y dos multas de 300 millones de euros, para los siete supuestos implicados, por un delito contra la salud pública. Sin embargo, los tres tripulantes y los cuatro que operaban en tierra optaron por estrategias judiciales distintas. El vigués Agustín Álvarez y los dos ecuatorianos admitieron su culpabilidad y aseguraron estar arrepentidos. En cambio, los también gallegos Iago Serantes, supuesto líder de la trama; su padre, Enrique Carlos; Yago Rego, y Rodrigo Hermida negaron su participación en los hechos y defendieron su inocencia.