EE.UU. prepara un plan para contener el giro prochino de Iberoamérica
» La Inteligencia en Washington alerta de que las infraestructuras que paga China pueden tener uso militar » Tras Nicaragua, ahora Honduras se dispone a cortar lazos con Taiwán para complacer a la dictadura de Pekín
Durante meses, altos mandos del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos han advertido a la Casa Blanca de que China tiene en pie una ambiciosa estrategia para ocupar cualquier vacío que encuentre en el continente americano. Esas predicciones se están cumpliendo, según revelan varios informes en manos de los poderes legislativo y ejecutivo a los que ha tenido acceso este diario. Los desarrollos más recientes son la ruptura de relaciones de Nicaragua con Taiwán, isla a la que China considera irredenta, y los pasos en la misma dirección en Honduras después de que ganara la presidencia la socialista Xiomara Castro. China afirma que Taiwán, que es independiente, es una región suya.
La creciente influencia de China en el continente americano fue uno de los asuntos que se trató en la cumbre convocada por Joe Biden la semana pasada para hablar sobre el estado de la democracia, en la que no estuvo China y tampoco, en la parte americana, Cuba, Venezuela, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras. Según fuentes de la administración estadounidense, la Casa Blanca prepara ahora un plan sobre todo económico pero también diplomático para contener el auge de China en el continente.
Más capital en el BID
Una de las primeras medidas es respaldar la ampliación de capital del Banco Interamericano de Desarrollo que defiende uno de los principales aliados de Biden en el Capitolio, el demócrata Bob Menéndez, que preside la comisión de Exteriores del Senado. Según Menéndez, con mayor capital, el BID podrá hacer frente a las agresivas inversiones de China en el continente, algo que ha respaldado en intervenciones públicas el presidente de ese banco, que a la sazón fue máximo asesor de Donald Trump para Iberoamérica en el Cosejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver. Apoyan las gestiones de Menéndez los gobiernos de Colombia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Guatemala, República Dominicana, Costa Rica y Panamá. Es decir, con la salvedad de Brasil, los que no entran en el eje de izquierda continental.
Según asegura el senador Menéndez, este aumento del capital, que aún debe aprobar la Cámara de Representantes de EE.UU., está pensado «para poder contrarrestar mejor a China en la conducción de la diplomacia a nivel mundial». «Estoy más comprometido que nunca en asegurar que se incluya un aumento de capital para el BID como una propuesta contundente para contrapesar el comportamiento dañino de Pekín en nuestro hemisferio», dice.
Tanto Cuba como Venezuela lideran un acercamiento a China, defendido en foros internacionales alineados con la izquierda de corte bolivariano. Fue uno de los asuntos que se trató en la reunión del Grupo de Puebla en México hace dos semanas. Uno de los intervinientes en el foro, José Luis Rodríguez Zapatero, que en el pasado ha llamado al continente americano a acercase a China «y poner a EE.UU. en situación imposible».
Aparte de su acercamiento a los regímenes en Irán, Cuba y Venezuela, Zapatero ha defendido el entendimiento con China sobre EE.UU. En una entre
vista que concedió en 2019 a un diario estatal de la dictadura comunista dijo que China representa el «concepto de desarrollo urgente del mundo en este momento» y que «a medida que la puerta de la apertura de China al mundo exterior se abre más y más, la contribución de China al desarrollo mundial se está volviendo más significativa».
Las incursiones de China en América Latina son sobre todo económicas y también militares. El Comando Sur militar, de hecho, ha informado al Capitolio de que cree que las inversiones de China en Latinoamérica, en especial en puertos y redes de tecnología 5G, pueden tener un objetivo final militar. Sobre todo, sospecha el Pentágono que la intervención china en la construcción de puertos en América puede beneficiar a su Armada. Según advirtió el mismo almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, después de que cambiara la Administración en Washington, para China, «lo que comienza como un interés puramente comercial, reconociendo que todo está en manos de su Estado, acaba con una importante aplicación y conexión militar».
El uso de los puertos
Un reciente informe de la Comisión de Análisis Económico y de Seguridad EE.UU.-China, presentado al Capitolio, contiene un capítulo dedicado a Latinoamérica, y recomienda al poder legislativo «que le requiera al director nacional de Inteligencia, junto con los departamentos de Estado y Defensa, un informe no clasificado, con un anexo clasificado, que documente la inversión china en infraestructura portuaria en el continente y detalle cualquier interés chino en establecer una presencia militar en o cerca de estos puertos. El informe debe incluir una evaluación de la capacidad actual y potencial futura de China para aprovechar los puertos comerciales con fines militares y las implicaciones para EE.UU.».
La preocupación de Menéndez obedece a la realidad de que el Banco de Desarrollo y el Banco de Exportación e Importación de China se han convertido en grandes prestamistas en el continente. Los préstamos acumulados ascienden a más de 137.000 millones de dólares de 2005 a 2020, y son, por este orden, Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina los principales receptores, según el Diálogo Interamericano.
Un informe sobre la penetración de China en América Latina preparado por el Servicio de Investigaciones del Congreso de EE.UU. afirma que algunos países del continente «han acumulado niveles insostenibles de deuda con China y se han vuelto dependientes de las exportaciones de productos básicos a ese país. Algunos argumentan que el apoyo de China se extiende a los líderes con malos antecedentes de gobernanza y agrava su corrupción».