Esquiadores y lobos
La ‘España vaciada’ se quedará mucho más pura y ecológica
En España, si eres joyero, estás en tu tienda y entra un atracador, como intentes resistirte y le hagas pupa al atracador, puedes enfrentarte a pagarle una fuerte indemnización por tu falta de cortesía ante los atracadores.
En España, si eres ganadero y estás desesperado porque los lobos te matan las ovejas, y pides ayuda a un amigo cazador, vais a cometer un delito, porque el lobo es especie protegida. Saber cuántos lobos hay en España es tan difícil como predecir cuánto costará el mes que viene el recibo de la luz. No hay censo desde hace más de diez años, y si le preguntas a Teresa Ribera dirá que muy poquitos, y si le preguntas a un ganadero te dirá que muchos. Teresa Ribera, sin censo fiable, ha prohibido que se mate a los lobos, pero todavía no ha declarado al atracador especie protegida, dado que no es competencia de su ministerio. Lo que sí es competencia, o lo parece, son las estaciones de esquí, y va a cerrar la estación de Navacerrada, que lleva setenta años funcionando, sin que nadie se diera cuenta de que es un peligro ambiental. Los mal pensados sospechan que es por joder a Isabel Díaz Ayuso y a la Comunidad de Castilla y León, también del PP, pero yo no creo, de ninguna manera, que la ministra caiga en esas miserias morales. Lo que ocurre es que cualquier estación de esquí tiene impacto ambiental, y Teresa Ribera me imagino que procederá no sólo a cerrar la estación de Sierra Nevada –sita en una comunidad gobernada también por el PP–, sino que se atreverá a cerrar Baqueira-Beret –comunidad secesionista– y la de Formigal –gobernada por el PSOE–. Unos cientos de familias de Madrid y Segovia, que viven al cobijo de la estación de Navacerrada, tendrán que emigrar a otros lugares, con lo que la ‘España vaciada’ se quedará mucho más pura y ecológica, aunque si terminan también por marcharse los ovejeros, no sé de qué se van a alimentar los pobres lobos.
En cuanto a los esquiadores, puesto que el cambio climático avanza, podrían inscribirse en cursos de natación, a no ser que la sequía avance y queden prohibidas las piscinas. ¡Malos tiempos para los esquiadores y, por ahora, buenos para los lobos!