Julissa Reynoso, confirmada por fin como embajadora de EE.UU. en España
▶ Su nombramiento se ha retrasado cinco meses. Es crítica con la política española en Cuba, Venezuela y Nicaragua
Después de cinco meses de espera, Julissa Reynoso fue confirmada ayer por el Senado de Estados Unidos como nueva embajadora de la primera potencia mundial ante España y Andorra. El presidente estadounidense, Joe Biden, nominó a Reynoso para el cargo a finales de julio, pero el atasco legislativo en el Senado de EE.UU., la mayoría exigua de los demócratas en la Cámara Alta y la oposición de algunos senadores republicanos retrasaron su nombramiento definitivo.
Reynoso, de 46 años, será la primera mujer al frente de la delegación diplomática de EE.UU. en España. Tiene un perfil diferente al de sus antecesores más recientes, como James Costos y Alan Solomont, más vinculados con las elites empresariales del aparato de donantes del Partido Demócrata. La nueva embajadora tiene, al contrario, experiencia diplomática y gubernamental, después de haber sido embajadora en Uruguay y tras desempeñar distintas responsabilidades en gobiernos demócratas. El último, como jefa de gabinete de la primera dama, Jill Biden.
Reynoso ha tenido su propia versión del sueño americano. Nació en República Dominicana y, como tantos otros, emigró de niña a Nueva York. Su familia se estableció en el distrito del Bronx, donde hay una gran comunidad hispana desde los años setenta. Su lengua materna es el español. Estudió en un colegio católico, donde fue la mejor de su clase y consiguió la admisión en Harvard, donde ya mostró su interés por la política y el activismo. Apoyada en becas, estudió también en Cambridge (Reino Unido) y, de vuelta en Nueva York, en la Universidad de Columbia, donde se licenció en derecho.
Su principal especialización fue el derecho internacional y pronto empezó a trabajar en despachos internacionales en la principal ciudad de EE.UU., que compaginaba con su implicación en organizaciones culturales y educativas. Su desembarco definitivo en política fue en las elecciones presidenciales de 2008. Primero, de la mano de la entonces candidata en primarias Hillary Clinton y, después, con el nominado del partido y vencedor de aquella elección histórica, Barack Obama.
Experta en Iberoamérica
Clinton se quedó el cargo de secretaria de Estado y confió en Reynoso para integrar su equipo como subsecretaria de Estado Adjunta para Iberoamérica, con especial dedicación a las políticas de seguridad para Centroamérica y el Caribe. Poco después llegó el encargo de ser representante diplomática en Uruguay –también la propuso Clinton– y se convirtió, a sus 37 años, en la embajadora más joven de la historia de EE.UU. Solo ocupó el cargo hasta finales de 2014 y acabó de nuevo en el sector privado, en despachos de derecho internacional de altos vuelos y como miembro de un sinfín de organizaciones culturales, académicas y educativas, muchas vinculadas a la cooperación internacional y al mundo hispanoamericano.
Tras el regreso de los demócratas a la Casa Blanca con la victoria de Biden frente a Donald Trump, fue nombrada jefa de gabinete de Jill Biden y copresidenta del Consejo sobre Política de Género de la Casa Blanca.
Escasa sintonía
Ahora está lista para presentar sus credenciales ante el Rey Felipe VI en un momento en el que las relaciones entre EE.UU. y España no pasan por su mejor momento. Biden ha mostrado poca sintonía con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con quien no tuvo contacto telefónico –como es tradición y como hizo con la mayoría de jefes de Gobierno de países de peso similar– durante meses.
El Gobierno de Sánchez también ha sido objeto de críticas en EE.UU. por sus posiciones respecto a regímenes autoritarios en Hispanoamérica. Las expresó con rotundidad el senador demócrata Bob Menéndez, aliado de Biden en la Cámara Alta, y presidente de us comisión de Exteriores. «Estoy profundamente preocupado de que España haya tomado puntos de vista que están fuera de la democracia y de las provisiones de derechos humanos que esperamos de un aliado de la OTAN», dijo Menéndez en una vista para la confirmación de Reynoso como embajadora. Otros senadores, en la misma sesión, condenaron que España no firmara una declaración impulsada por EE.UU. contra la represión a las protestas del pasado verano en Cuba.
«Dada mi trayectoria en América Latina y el Caribe, estoy bastante familiarizada con la mediocre presencia y política de España frente a algunos de estos países, principalmente Cuba y Venezuela, y Nicaragua», dijo Reynoso, que se comprometió a trabajar para que España sea «más clara y transparente» frente a estas violaciones de derechos humanos.
Esto no convenció al senador republicano Marco Rubio, de origen cubano, que decidió obstaculizar su confirmación al máximo. La calificó de «simpatizante de Castro», que tuvo «participación directa en ayudar al intercambio de miembros encarcelados del servicio de inteligencia del régimen», dijo sobre una de las medidas tomadas por la Administración Obama durante la época de normalización de las relaciones con Cuba. «Reynoso no animará a España a incrementar la presión frente a los regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela», aseguró Rubio. «De hecho, permitirá a España mirar a otro lado».