«Si tienes un gran objetivo, no lo mezcles con otros»
—Usted dio mucho miedo.
—La inspección no tendría que asustarnos si hemos hecho las cosas bien.
—Esta respuesta también da miedo.
—Los impuestos responden a leyes democráticas.
—Los impuestos son excesivos.
—El descontento del contribuyente medio está estudiado y responde a que cree que siempre hay alguien más rico que paga menos.
—Es verdad.
—A veces sí. Pero este contribuyente medio no tiene una percepción de la distribución de la riqueza basada en datos estadísticamente fiables sino en un sentimiento de agravio.
—La ineficacia del Estado no es sólo un sentimiento de agravio.
—Pues tienes razón. El Estado es perfectible, pero de momento no hemos inventado nada mejor que un sistema tributario progresivo con impuestos alrededor de la renta, basados en que quien más tiene, más aporte.
—La desfachatez extractiva de Hacienda mata la creación económica.
—El Estado no existe sin Hacienda. Hacienda es su gran maquinaria.
—Cuando usted fue ministro, algunos se quejaron de que les inspeccionaron por ser de izquierdas.
—Es imposible que un funcionario de la Agencia Tributaria reciba la orden de hacerle una inspección a alguien porque ha escrito contra el Gobierno.
—«El tiburón de Hacienda se lo ha llevado todo», escribió Sabina.
—Hacienda en España es muy profesional. Nadie puede restarle objetividad. Se hacen 90.000 inspecciones al año, dirigidas mayormente a quienes tienen mayor capacidad económica.
—Hacienda me sustrae.
—Si te sustrae es porque tiene donde sustraer. España tiene un sistema tributario homologable, comparable a los países de su entorno.
—¿Recibimos por lo que pagamos?
—Sí, pero es que además los servicios públicos existen para que los consuman los demás. No acaban en ti.
—Usted es quien más presupuestos ha firmado en democracia.
—Mariano Rajoy y yo somos los únicos que estuvimos desde el primer día hasta el último de los dos gobiernos del PP.
—Aznar, Rajoy.
—Cuando España está en crisis, vota al PP. Ahora no lo recordamos, pero en los años 90 la crisis era muy severa. Queríamos estar en el euro y no cumplíamos ni un requisito. Moderamos el gasto, hasta situarlo por debajo del crecimiento de la economía. En el 95 teníamos un 7% de déficit y en el 98, sólo del 3%. Fundamos el euro y cumpliendo, sin trampas.
—2011.
—Esta crisis fue por el endeudamiento excesivo de España. En 2008 perdimos las elecciones por decir la verdad y en 2011 estábamos mucho peor. Recogimos un déficit del 9,6 y cuando salimos del Gobierno en 2018, lo dejamos en un 2,7.
—¿Qué hizo?
—Desapalancar la economía, desendeudarla.
—Con mayoría absoluta podrían haber hecho reformas más profundas.
—La confianza que los españoles nos dan con Aznar y con Rajoy es para que hagamos frente a las crisis.
—En Cataluña fueron unos blandos.
—Se trataba de primar la recuperación económica y no de entrar en el trapo. De la política he aprendido que si tienes un gran objetivo, no lo mezcles con otros.
—El independentismo.
—Es un sentimiento legítimo, pero los sentimientos se modulan con la razón y has de entender lo que te conviene y la fuerza que tienes. Está modulación claramente les falló.
—Bipartidismo.
—En un país en que izquierda y centroizquierda ocupan un espectro muy amplio, el PP tiene que ser capaz de concentrar el voto no socialista.
—Ya no importa, pero Pablo Iglesias.
—El mundo existe y no puedes redefinirlo cada día. Iglesias se da cuenta de su incapacidad para hacer lo que quería hacer y por eso se va.
—El futuro.
—Antes de la pandemia teníamos un crecimiento de calidad, superior a la media europea, creador de empleo y que no agudizaba las desigualdades. Una balanza de pagos positiva y sin inflación. Hay que volver a esta casilla de salida. Cuando recuperemos el PIB hay que insistir en la estabilidad presupuestaria, el ahorro, el control del precio de la energía y unas relaciones laborales que no minen la confianza de los inversores internacionales. Fíjate que ahora el Gobierno ya no quiere derogar la reforma laboral. Ya estamos en otra cosa. Bien.